lunes, 16 de junio de 2008

>> Será la era de acuario o no sé

Sin lugar a dudas hay gente que pareciera que se resta años en vez de sumarlos. Son los menos pero tienen mucha suerte. Esto les pasa a algunas gentes como a Concha Velasco, Sofía Loren y al tipo de la farmacia de mi calle.

Esto también parece ser que me ocurre a mi y me desquito de unos tres·cuatro años en vivo y al natural. Eso me ha dicho y explicado este hombre, que y que se llama Leo y que tardó más de una semana en decidirse a llamarme. No voy a entrar a valorar esto pero sólo decir que no hice preguntas respecto a su nombre. Alguien que se haga llamar Leo y cuente con más de treinta y cinco años de carnet es seguro que le bautizaron como si fuera un viejo; llámese Leopoldo, Leónides, Leovigildo o Leotardos que no sé si esto último existe.

Con ese nombre y esos pensamientos yo y todo pensante imaginamos un feo de mierda con gafas y de esto que cuando hable un hilillo de saliva se irá haciendo sitio en la comisura de sus labios. Una como que se piensa que va a ser cuestión de media hora escasa y el resto conversación intrascendente. Nada más lejos de la realidad: pasé con él la noche entera.

Con treinta y cinco años ya cumplidos o más y te llames como te llames si no sueles follar habitualmente es muy recomendable encontrar una mujer [en el caso de que no te gusten los hombres] con la cual puedas ahorrarte las explicaciones conyugales pertinentes puesto que ella, sin duda, te lo agradecerá cuando compruebe tu cartera llena y tu persistencia en hacerla correrse.

El hambre y la necesidad van de la mano; cuanto más hambre ha pasado un@ a más comensales invita después al banquete. Esto es así de toda la vida.

Fue como coser y cantar por esto de que te pones, te pones y se te olvida. Me invitó a mi sola a cenar con primero, segundo y postre. El camarero nos miraba raro, a Leo le ponía cara de -tú no te llamas así- y después tardó mucho en servirme la copa que había pedido y hube de apurarla pues a este le entraron de pronto las prisas. Pareció serenarse un poco en el trayecto en taxi a su domicilio, tuvo tiempo de hacer una llamada a no sé quién y a meterme mano mientras tanto, comprobando que soy una mujer completa.

Antes de acceder al portal me comentó al oído que bien mirado aquello era como tener una cita conmigo, que habíamos cenado y ahora pasaríamos la noche, que me iba a pagar por todo ello, sí, pero que el dinero es como si no fuese suyo, que lo había ganado apostando. Fue ahí que pensé que si me gustaba entonces yo haría todo lo posible por conseguir un reintegro. Ambos sonreímos.

En el ascensor me atrajo hacia sí y me miró a los ojos un instante

-me gustas- me espetó. Y continuó diciendo lo que empecé escribiendo y - tienes algo en los ojos-

Como esa frase en sí ya me es conocida le pregunté sin pereza ninguna

-¿ah, sí, el qué es?

-Dolor

Guardé silencio a la vez que una cosa rara me rozó el estómago. A continuación me manoseó el pelo y me dijo que seguro lo íbamos a pasar bien.

Al llegar y abrir la puerta me hizo pasar muy gentilmente apoyándose en mi cintura y me anduvo explicando que guardaba bebidas que iba consumiendo con los amigos, que tomaríamos algo y que desde su salón se veía el Pirulí, que en un mes todo lo que vería iba a ser sierra, que se iba a un chalet.

Apareció al momento mientras yo miraba por la terraza y dejó sobre la mesa medio eristoff, malibú, y tres cuartos de Ron Barceló. Volvió al rato de la cocina con la cubitera llena.

-duermes aquí ¿vale? mañana te pido un taxi-

Esto me lo dice tras servirnos a ambos y haciendo que me siente del verbo sentarse sobre una de sus piernas. Entonces me prueba la boca y yo constato su carga de ron. Pretende agradarme todo el tiempo y eso me hace seguirle sin problemas. Me cuenta que él bebió vodka cuando era crío, que ya no le gusta, me vuelve a comer la boca y esta vez su lengua muy, muy húmeda explora todos los recovecos de la mía, que le acompaña. Deja su vaso sobre la mesa y con ambas manos me coge la cara, me besa la boca de nuevo y pretende quitarme el sujetador mientras tanto, desabrochando uno de los corchetes pero no así el segundo.

Comienza a desesperarse y ahora ya sí que no lo saca por lo que rescato sus manos sacándomelo de una sola tirada, suspira y enseguida busca y extrae uno de mis senos, concretamente el izquierdo y reaviva mi pezón con pequeños mordiscos. Me saco la camiseta completamente y él hace lo propio y me atrae de nuevo de forma que se abalanza sobre mi boca y ahi constato que está ardiendo.

-espera, ven-

Me hace incorporarme y acto seguido se baja el pantalón a los tobillos y también los gayumbos, de dos pisadas se los quita y me pide que me siente del verbo sentarse sobre él. Ahí me gusta aún más. Me gusta porque mientras no deja de besarme -y besa bien- con ambas manos juega con mi culo y en un instante tengo su índice en mi ano y lo que me va haciendo con la lengua en mi boca me lo hace con el dedo también abajo y seguidamente abandona esto y juega con su polla entre mis labios, buscando cómo entrarme sin dejar a la vez de enredar su lengua con la mía.

Se coloca un condón color rosa princesa y colocándome de nuevo se mantiene con el capullo un instante a la entrada de mi vagina. Deja de besarme

-si te duele me lo dices - dice bajito

y yo le respondo sonriendo dejándome caer sobre su miembro, buscándole de nuevo la boca. Se encontraba muy excitado por lo que en varios movimientos ya le tenía diciéndome que iba a correrse y yo le tapaba la boca y esto le provocaba empujarme más fuerte, me sostenía la cintura y me marcaba el ritmo de un modo muy acertado, me gustó.

Me la sacó justo para correrse y seguidamente me ayudó a echarme en el sofá y tras besarme el seno de antes procedió a hacerme un cunilingus medianamente aceptable. Que quería que me corriera, dijo, pero ahi no sabe que se trata prácticamente de hacer lo mismo que me hace en la boca por lo que le dije que así no y como se mostraba receptivo yo misma le fui marcando a la vez que le fijé agarrándole por el pelo. Acabó aprendiendo estupendamente bien.

Todo esto me gustó más que el polvo que echamos ya más tarde en su cama: un misionero de mierda y se durmió. aclaración nº 24. No sé, pero al ser en la cama habiendo más y mejor espacio me esperaba algo más pero no. En cualquier caso ha estado bastante bien, si me llama entonces perfecto, otros me llaman de segundas y me niego o les cuelgo el teléfono, así de claro. Creo que acerté en suspender lo que tenía para el sábado.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

O sea, que lo pasó bien y además aprendió algo nuevo, qué suerte. Lo malo es que quitando la base ese aprendizaje no suele ser extrapolable o otras damas ni a otros clítoris...

Eso sí, me ha encantado el relato del primer polvo; será que me gusta lo de follar en el sofá. O será que lo cuentas muy bien, que también es posible. Un besazo, Clara.

brujito dijo...

Desde mi salón también se ve el pirulí, no sabía yo que eso fuese digno de mención (...)

Me gustaria saber, con lo lista que eres, que coño piensas hacer el resto de tu vida.

Clara dijo...

BRUJITO. Y a mi me gustaría saber por qué cojones pretendes que te explique yo algo hablándome en ese tono, así no te pienso explicar una mierda.

Tampoco te veo yo muy "digno" de contestación y fijate tú por donde te estoy contestando... nunca se sabe.

Anónimo dijo...

Pirulí que te vi y hacer una restauración conmigo de la aclaración número 11 todo en uno. Lo pase muy bien contigo en el blog de diana.
Te he contestado en mi blog con clase.

Anónimo dijo...

Lo de bajar la cabeza avergonzado era una metáfora por tu condición de casi siempre saciada. Y como el angelito ese parece tan inocente me parecio apropiada. Al fin y al cabo era una chorrada.

Clara dijo...

Las aclaraciones por el momento siguen su largo transcurrir.
Y ya quisiera estar yo Casi Siempre saciada, no es el caso.

Anónimo dijo...

Lo de la desesperación con el sujetador me ha despertado una tierna simpatía.

No así lo del dolor en los ojos. Es una frase de horóscopo. Porque el dolor son como las legañas, siempre están cuando despiertas y por muy feliz que seas siempre cristaliza algo ahí en el lagrimal. Hay que tener ganas de joder para soltar una frase así. Por muy de puta madre que quede en el guión.

No dices si en ese momento lo que te rozó el vientre fue su miembra, mala hostia, o simpatía.

Anónimo dijo...

Pues como me gustaría ser una excepción. ¿es que tu intuición ya no es la misma?

golfa dijo...

yo me quedo con lo desquitarse 3 o 4 años....

Por suerte soy inmortal, por desgracia no sé en que año me estancaré y dejaré de envejecer hasta vivir los milenios que me quedan...

Y menuda putada si me toca vivirlos en el asilo::))

Besos con sabor espeso y dulzón...

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=09A0Iv19udE


En qué zorreas