lunes, 31 de diciembre de 2007

De chinorris y cámaras digitales

Hacía ya varios meses que yo no comía en un restaurante chino, hoy estuve en uno, en la Avenida de los Poblados, en Aluche, con un bombero que trabaja un poco más abajo. Hube de recogerlo primero allí y caminamos hacia el restaurante. Me fue contando que no tendría que hacer nada especial, tan sólo pretendía echar un par de polvos pero me explicó que le gustaba primero saber un poco a quién se lo hacía.

Un bombero de estos de calendario pues no es, la verdad, pero el hombre está de buen ver, no ha estado mal. Un tío raro también, no me aburrí en absoluto, me hizo comer el rollito con las manos así como el pato a la naranja y la familia feliz creo que se llama, que viene a ser una mezcla de verduras, no sé por qué extraña razón me preguntó si me lo he hecho con algún personaje famoso conocido y mantuvo la conversación medio encendida durante toda la comida. Mientras nos servían el postre me preguntó si sabía el por qué de llevarme a un restaurante chino y entonces es cuando me cuenta que los chinos son distintos, que los chinos no nos ponen a los occidentales y esta es la forma de tenerme toda entera para él. Qué ocurrencia.

Cierto es, por otra parte, que jamás recuerdo que se me hayan ido los ojos detrás de un chino.
De allí me llevó en coche hasta su casa que no queda lejos, en Fanjul, miró el reloj antes de abrir la puerta del portal. En el ascensor mientras me besaba el cuello me vi de frente en el espejo, las cuatro y cuarto, piso 8A.
Al entrar, una, dos, tres y una fila continuada de páginas abiertas del periódico gratuito que te encuentras en el metro, el Qué, todas las páginas extendidas en el suelo, haciendo pasillo imagino que porque de vez en cuando llueve en la ciudad, y en una portada, a todo color y mientras le tengo a mi espalda y su mano está buscando mi entrepierna puedo leer Pagaremos por amor al arte, y me hizo gracia.
Me bastaron los cinco minutos que se ausentó en ir al baño y después venir a despedirme en el salón para que la cámara de fotos digital Casio, chulísima, toda negra, que él tenía sobre la mesita se viniera conmigo en el bolso, por amor al arte también.

Esta temporada arrasan los bolsos tamaño saco y eso es por y para algo y ya dije que además de zorra a veces soy mala persona también, y qué pasa, cada uno es como es. Pues eso.

Al César lo que es del César y a Clara lo que es de Clara, y según la ClarA.E, esto de los vínculos se viene a denominar así por lo que te ahorra el dar por culo ese de tener que repetir las cosas ya dichas, qué gran hallazgo.
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aclaración nº 7

viernes, 28 de diciembre de 2007

En blanco y negro

Vale, sí, Julio y yo somos hermanos porque y que él es un hijo de puta, a la cual mi padre se estuvo follando durante años sin decir una palabra, qué vida. Ya le he dicho un par de veces que a mi me da igual todo eso pero él se empeña en sacar cariños donde no los hay. aclaración nº 29

Dice quererme pero no me puede querer, eso es imposible, lo que tiene es una necesidad muy grande de tener familia y a falta de ella pretende que yo se la proporcione pero por el momento no me da la gana, hoy me pide el de aceptación y mañana me pedirá dinero y pasado mañana que deje la calle y así y no. Con hermanos o sin ellos mi vida es mía y yo dispongo, no veo que esto sea difícil de entender pero él se resiste.

Del que fuera mi padre he debido adquirir esto de hacer lo que me viene en gana, y es algo que con el tiempo he hecho muy mío, no tengo pensado variarlo, he estado con Julio tomando algo en el café Gijón, creo que me ha llevado allí para impresionarme, el que muriera hace poco Fernando Fernán Gómez parece ser que le gustaba sentarse justo en el sitio donde yo he puesto el culo esta mañana y Vicente Aleixandre o no se quién acostumbraba a decir no se qué al servirle su café con leche. Bah pero Madrid es muy grande y pasan muchas cosas en muchos sitios.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Qué frío

Por algo los rusos beben vodka, es aquí en Madrid y ya se agradece porque hace un frío de cojones. He venido hace un rato de acompañar a Sandra a la estación de Chamartín, se ha empeñado en que hoy mismo se volvía, la ha llamado ese subnormal y se lo ha pedido así, estoy segura, ella lo niega pero que haga lo que quiera.

En nochebuena estuvimos toda la tarde bebiendo hasta que nos hartamos y de la noche recuerdo pequeños extractos: Sandra y yo en un baño, ambas, las dos, en el metro de pirámides riéndonos de un cartel camino de la renfe, Sandra tirada en el suelo en la Gran Vía porque el chino de la esquina no la invita a un arroz blanco, el portero del Black and White, en Chueca, a quien Sandra se empeña en hablar en francés y a mi me daba la risa, el par de rayas que nos preparamos en esos baños, abajo, los chupitos que bebimos antes de salir de allí con el saturday night mientras Sandra le hace cortes de manga al DJ y mil imágenes más en mi cabeza sin saber dónde estuvimos.
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Nunca antes había visto vomitar en el vagón de metro, yo misma lo hice, llené el vagón de mazapanes, qué asco me doy. Después al llegar a casa a Sandra le dio por cantar, mal, villancicos, y me recordó hace años cuando no existía el windows media player que nos pillamos una buena borrachera también en mi casa que volvimos en autobús desde la cibeles tocando al son de la botella de anís del mono, hay que ver qué tonta está y cuánto me hace reir.
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No sabe razonarme por qué se pone coca tan a menudo, cuando habla de ello se pone triste y entonces yo la digo cosas como que más bajo no puede caer ya porque estamos tiradas en el suelo y entonces reimos y me cuenta que ha hecho cosas que no quería hacer, que no es una zorra cualquiera pero que es una rubia cualquiera y que eso la jode y se pone y se la olvida. Qué jodida la Sandra.
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Me dice que yo siempre voy para arriba, para arriba, la contesto que cuanto más suba más grande es después la hostia, que yo prefiero columpiarme y volvemos a reir y la vuelven a entrar ganas de meterse y así se pasa la puta navidad.

Hoy ya bastante más serena cuando íbamos por Tribunal me cuenta que si se la vuelve a terminar el dinero la tengo aquí de nuevo y para quedarse, que lo va a intentar evitar y todo es porque vemos en la tv del metro no se qué de los caballeros del zodíaco y Sandra me recuerda que siempre ha estado enamorada del Ave Fénix y es por cositas como esta por lo que me gusta no tenerla lejos, lo que me hace reir.
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Mi hermano, el Julio, con eso de que quizá lo sea, no me ha hecho gracia ninguna y por eso no escribo de él y todavía no lo he dicho en voz alta.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Al aparato

Esta mañana me la he pasado hablando por teléfono, no quise encenderlo ayer y hoy todo se amontona. Me llama Sandra que está ahí en Burgos en una convención de no se quién, cuántas veces la habré dicho ya que a mi no me llame con lamentos, pues bien, hoy para colmo me involucra.

El bolo de Jesús no ha cancelado la cuenta que tenemos, fui al banco y estaba todo correcto, así que metí 500 euros que volaron hasta Burgos en cuestión de una firma, hoy encontré en un blog muy majo una postal que sale Santa Claus y dice que gastemos y gastemos bien para comprar la felicidad de seres queridos, pues supongo que tiene razón, que la dejo pasta porque la quiero y la quiero ver fuera de esa mierda que se está metiendo y la quiero metida pero en mi casa esta nochebuena, no tiene a nadie en esta vida que la consiga hacer ver que es una puta mierda dejarse el dinero en cocaína, mañana por la mañana estará en Madrid.
Me jode tener que ser yo quien se encargue de una cosa así, ya me imagino yo a ese subnormal que la iba a regalar la vida en golosinas, sí, ya me imagino... estoy de mala leche, sí, y qué, me pongo a escribir y no paro y me falta por decir lo más importante: me ha llamado después la voz del sordo, Julio, para decirme que está seguro que él y yo somos hermanos.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Siete de picas

El hígado sigue estando en su sitio y yo diría que nuevas canas han aparecido en su cabeza pero Héctor se sigue mostrando pacífico, encaprichado, pero inofensivo. Encaprichado en sus juegos que ahora consisten en utilizar, él, una venda y así, a ciegas, clarear media hora y monear otra media, así viene a ser.

Me ha estado explicando los cambios en la cuota de la hipoteca, he de hacer por ver los posibles cambios en la mía. Ahora, a ratos, más que a mi tío Paco se da un aire a un abuelo de parque de estanque de patos, se ha empeñado en enseñarme a jugar a las cartas y en ello estamos.

A lo que jugamos no es juego ni es nada, yo creo que ese juego no existe, es una estupidez de hacer parejas, hoy me ha preguntado lo menos tres veces que cuál es mi carta favorita, la sota de bastos, y él ríe y ríe. De hecho disfruta tanto que se le pasó en media hora la toma de su tercera pastilla, no me he molestado en preguntarle el por qué se toma tantas porque no me apetece escucharle, lo que realmente me apetece es que se muera, que no me ha hecho nada el hombre pero es que yo no sé qué estamos simbolizando los dos ahí, las cinco de la tarde barajando las cartas pero en fin.

El otro día alguien de aquí, algún anónimo, me sugirió la muerte de Héctor tal y como murió su Belén, así en plan Carmina Ordoñez y me dio hasta miedo, anda que si un día me dice que me acerque por su casa que nos vamos de cena y cuando llego lo que me ceno es su cuerpo tendido en la bañera, no, es mejor dejar transcurrir el curso natural de las cosas que adelantar acontecimientos, y los hay que se mueren dando por culo pero éste entiendo que se morirá trabajando para poder pagarme, una partida de chinchón a veces son 20minutos o así, por cierto al nombrar 20min se me ha ido el pensamiento a Renfield que está un poco perro, no sé qué pasa, sí.

Estoy algo apagada, no follo con alegría, yo que sé, la navidad ahí acechando con el chiste ese malo que nieva entre las piernas de alguna, aunque tengo que reconocer, eso sí, que es un detallito para algunos lo de la paga extra y la cesta esta que me traje que está todo de puta madre, ya me la estoy acabando.

martes, 18 de diciembre de 2007

A algunos les sienta bien la americana

Llevo unos días malísima, el invierno es una mierda pero no me apetece contar penas.
La cita tardó como diez minutos más de la hora prevista, me llegó contando un problema de tráfico, una historia. Se mostraba aparentemente tranquilo, más bien guapo, le sentaba muy bien la americana encima de la camisa, oscura, tomamos la primera calle y caminando fumándose un cigarro me explicó que sería cosa de tres-cuatro horas, cenaríamos con su ex que llevaba a su pareja. Me dio la risa. Me explicó de forma divertida que pretendía aparentar, simplemente, entendía que ella pretendía darle celos y a él esto le daba exactamente igual,

-no la quiero y si vengo aquí, solo sin ti, me pasaría toda la cena hablando del seguramente excelente trabajo de ese tío que se la folla y la verdad que no me apetece, tenemos una niña ¿sabes? quiero que me olvide, yo me acuesto con quien quiero, vivo solo, me va bien pero no quiero que me joda la cena intentando darme celos o no sé el qué-

Me gustó el hecho que me dijo directamente que yo dispusiera mi vida a mi antojo y él me seguiría.

-me imagino que vosotras sabréis marcar la conversación, yo lo prefiero así, yo de este modo te sigo y tú no dejes de hablar-

-pues ellas no sé, pero yo sé hacerlo, no hay problema, al contrario, me gusta que te guste así, todo saldrá bien, seguro-

El hombre más pijo que cenaba esa noche en madrid fuera de casa y la ex de Toni, que así se hace llamar este, se encontraban ya dentro, habían abierto el vino esperándonos.

aclaración nº 7
El restaurante era muy curioso, se me iban los ojos a un frontal verde de una columna. La poca sangre, osease, Araceli, tardó tan solo unos cinco min en revelar que es abogada y dispone de su propio horario, el pijo anotó en su agenda personal aquello que tuviera que ser y a continuación desconectó el móvil haciendo una mueca de liberación.

Yo, si la Araceli dice ser abogada yo soy profesora de primaria en una escuela de Carabanchel donde jamás el pijo va a pisar, porque me encantan los niños y estoy deseando tener niños pero claro, Toni, siempre me viene con que tiene que pensar ciertas cosas, ahí él toma la palabra y hablan de Yessica y la diferencia de edad que habría entre ellos, diez años, que según cuenta es cirujano y últimamente trabaja más por la tarde que por la mañana y así cobra aparte una burrada como extra, que quiere estar un tiempo así y poderse comprar el barco, del pijo que apenas hablaba me imaginé que sería piloto, pero no, cuando le dejaron hablar comentó algo del precio del barco y Araceli se encargó de matizarme que el pijo llevaba la dirección de un banesto en Conde de Casal.

Toni parecía enamorado de su hija y hablaba de ella a la mínima oportunidad. Corroboré la versión que dio Toni puesto que ella todo su afán era explicarle a su pareja las semejanzas de la niña para con su padre, en diversas contestaciones y posturas de ambos, similares. Comenzó a seducirme la idea de las enfermeras y los médicos, y no sé cómo fue pero me miró y les dijo

-sé que ella quiere tener un hijo ya, quiere ir a buscarlo, pero no sé-

y terminó de gustarme y abrieron otra botella de vino. La crema de langosta me encantó.
Toni vive en Alonso Martínez, se ha comprado el estudio que siempre quiso tener y dice que es feliz y me besa el hombro, desnudo, pues tan solo llevo tirantes y entonces recuerdo el abrigo y le digo al camarero que me lo traiga sólo por comprobar que sigue estando allí. Cuando de nuevo se lo doy para que lo retire tras registrar mis bolsillos , a la Araceli la hago constar que me lo he comprado sudando dando clases, lo alaba pues ella misma ve que es precioso y me río porque le pregunta al pijo qué le van a echar los reyes a ella.

Toni vuelve a besarme un hombro y esta vez lo acompaña de un masaje en mi muslo, templado, le miro, me mira y nos gustamos. Le dice a la Araceli que tiene que buscarse un trabajo como yo, tres meses de vacaciones, la ningunea unas participaciones de no se qué que ella ha comprado o no sé y como ella no le replica y me cae simpática la echo un cable y le respondo yo que es mejor para él que sea abogada por si marcha con el barco y resultase una tragedia tener abogado en tierra que no alguien de vacaciones.

Reimos y esta vez su mano me recorre caliente la pierna y se para en mi rodilla, me guiña un ojo y a continuación brindamos.

Salimos de allí y a mi me sobra una copa de vino y salgo aturdida y Toni me sostiene divertido por detrás y me besa el cuello mientras esperamos que ellos salgan y pegado a mi me dice bajito en el cuello que está de suerte esta noche porque a él le gustan muchísimo el vino y las mujeres. Y me rodeo y allí mismo mientras la Araceli se coloca el abrigo le como la boca porque nos estamos gustando y los cuatro nos hemos dado cuenta. Allí mismo esperarán a taxi de forma que los dos marchamos andando de vuelta por la misma calle.

Llegamos al punto de encuentro y continúa andando, a doscientos metros tiene un mercedes aparcado, tremendo, gris, tapicería de vainilla , precioso, se encienden las luces, me hace subir tras gentilmente haberme parado frente a él preguntándome si me quedaba un par de horas más.

También el estudio era una maravilla, me lo hizo en la cama, despacio, sin extravagancias, me gustó mucho su comportamiento y su tiempo en las cosas, me dijo que desde que me miró a los ojos quiso chuparme un pezón,

-este, el izquierdo- y se lo lleva a la boca y lo muerde

Inmensamente feliz me hizo sentir cuando al rato tras terminar me dijo que casi mejor me quedase a desayunar y así no pasaría frío. Así lo hice y de todos modos tengo un constipado de muerte, ayer incluso fiebre, fatal, y no es el abrigo, es la maldita calefacción.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Marcha

A las ocho y pico yo ya estaba negra de esperarle. Me bajé a la calle en busca de una tienda, en media hora estaba de nuevo en su piso con hielo y vodka para templarlo, me descalcé y me tiré en el sofá, estuve viendo después una porquería de telecinco que un día me explicó un tonteras, se trata de meterse diez o doce parásitos sociales de personas en una casa y marear al personal de tal manera que sobreviven a expulsiones mediante votos por sms, gran hermano lo llaman. aclaración nº 20.

Los he visto hablando solos frente a quien sea, dar vueltas a pedales montados en un carrito en una prueba estúpida, abrazándose y queriéndose mucho, peleando con expresiones de gilipollas como poco, mirándose al espejo, lavándose los dientes, volviendo a quererse muchísimo, hablando del amor y otros cuentos, pretenderán o no sé crear de ellos prototipos y esa gente sí es rara de cojones. Qué asco me dan, hay uno de ellos, el único negro, que ha debido entrar por no haberse presentado otro más negro aún y los demás por no haberlos más subnormales, antes me ahorco que tener que hacer un seguimiento a un programa semejante.

Jesús llegó poco antes de las doce, justo cuando prendí mi segundo porrito. Vino derecho a besarme el ombligo, volvía como feliz, le dejé hacer, me incorporé a continuación y apagué la tv, hice bien en no decirle nada a la vecina puesto que no hubo una voz más alta que otra, fue todo rápido y la marihuana es deliciosamente sensible.

-me marcho - dije mirándole a los ojos
-¿cómo que te marchas, dónde vas, qué dices?
-tú te vas de cena, yo me voy de tu casa, cada uno aprovecha sus horas como le viene en gana.
-¿pero qué dices, qué cena? olvidé aquí el móvil y no he podido llamarte, déjame explicarte...

aclaración nº 8 - 1ª. Vi en él mi reflejo de desprecio, me encantó, vi con una nitidez asombrosa mis sucesivos revolcones con un miserable que mentía y me seguía mintiendo ahi a la cara escudándose en cosas que me meo en ellas, hablaba y hablaba hasta que no me fue suficiente reirme en su cara y dejando a un lado mi sonrisa le conté:

-tú te piensas que soy gilipollas ¿verdad? si no es hoy hubiera sido mañana, ya me estás estorbando con tus sugerencias que te limpie y que te planche, desde hace días me vienes jodiendo con el dinero que tú te gastas en tabaco y en hablar absurdos bebiendo con compañeros de trabajo que son diez veces más hombres que tú, con sus respectivas familias que tú no tienes y por eso no te llevas a tu zorra de cena, vete a la mierda que yo me largo, soy clara, cuando lo precises me voy contigo a esa casita tan maja donde no tienes cojones a vivir solo ni acompañado, me gustó aquello y no hay problema pero esto se acabó, hazte el favor de ser un hombre y no así tan imbécil, me aburres, me escondes una botella de sangre y me pillo un pedo a tu salud por gilipollas y te piensas que lo soy yo y mientes como el cobarde que eres que no le dice a una maruja de mierda que la quiere, no te engañes ni me engañas a mi tampoco, no pienso ser una amargada aquí contigo

Aquí en lo de maruja de mierda le tenía a tres metros de distancia lamentándose dando vueltas alrededor del salón sujetándose la cabeza.

-no me puedes joder de esta manera - alcanzó a decir- ¿cómo quieres que me presente allí contigo, y si alguno, alguien, te conoce? me cago en dios, no te enfades, no pasa nada, no te engaño, pensé que es mejor así, no te puedes ir

-me aburre también tu discurso pero tu pueblo me gusta, si cambio de número te lo haré saber ahora me voy, yo no soy la maruja que tú pretendes

Él no decía otra cosa más que maldiciones y resoplaba repitiendo que no tenía que enfadarme que lo había hecho por mi bien, que él quería quererme, qué gracioso, la nitidez me seguía dejando ver cuánto me aburría todo eso que me contaba.
Le dije la verdad también antes de irme por la puerta: que había sacado del banco la mitad del dinero. Él seguía intentando retenerme agarrándome un brazo, tirando de mi, en su monólogo de excusas patéticas y promesas de cambio y vuelta a que es celoso porque quiere quererme, me besa la mano, dice que me llamará y salgo, cierro tras de mi, bajo por la escalera. De nuevo en la calle prendo de nuevo el porrito y me busco el metro.

No sé si ha sido la mudanza en sí o la conversación con Jesús pero desde ayer que pasó esto tengo como una rareza, tengo que habituarme, esto es así, he quedado para luego a las 20h con alguien en la zona de Iglesia, me ha explicado poquita cosa pero me pide que lleve falda, iremos a un restaurante.
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aclaración nº 7

miércoles, 12 de diciembre de 2007

De nuevo ahí

Este gilipollas ha vuelto a dejarse el móvil olvidado en su casa, yo no me había percatado de ello pero justo antes de comer suena, lo busco, lo encuentro y es un compañero suyo y de rebote hablando con él me entero que tienen cena de empresa para esta noche y no tendría pensado llevarme el hijo de puta porque no me ha dicho nada de esto.

Tengo yo el móvil por lo que no tengo forma de localizarlo; me ha hecho la jugada completa y no me apeteció autoinvitarme. He recogido mis cosas que tampoco era mucho y en un par de viajes de metro lo he transportado todo, ahora el pc de nuevo está en mi casa y yo con mis cosas.

Luego a las siete iré a esperarlo, me llevo un cogollito para hacer tiempo, no sé a qué horas se presentará, me he cruzado a su vecina entre viaje y viaje, en las escaleras del portal, me han dado ganas de decirla que se prepare para esta noche, me van a oir desde la sierra.

Es que no me apetece una mierda seguir viviendo allí, me aburro mucho y estamos ahí con una media de dos-tres putadas al mes y no. No me apetece. No me lleva a una puta cena a la que puedo ir gratis: es un miserable. Que le den por culo. Se pensará que me lo he hecho con media empresa el hijo de puta y acabaremos pegando voces, ya no quiero que me toque, quiero decírselo a la cara. Me gustó mucho el pueblo, si acepta precio puedo acompañarle sin problemas pero no vuelve ya más a levantarse conmigo, he renovado hace un momento el anuncio: Clara de nuevo está en la calle.

lunes, 10 de diciembre de 2007

A la sombra de los pinos

[convendría antes leer Toledoando]

La cuñada ya sabe que me he follado al marido de su difunta hermana cuantas veces he querido, las manos de Jesús ahuecan con cierta frecuencia lo abultado de su pantalón, enciende sus ojos conmigo, ella lo ha visto igual que yo, y yo no sé qué ha visto en esta chica aparte de verla evidentemente embarazada, bien creo que la ponen un mandil o tipo cofia y treinta años más y sería mi abuela, pero él la ayuda a sentarse, la pregunta qué tal está y por sus días varias veces realmente interesado en su respuesta y la mira a ella.
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En el bar de las quinielas donde también se vende el periódico me acosa a mi y me fulmina con la mirada por enredar con el camarero que es un crío y no deja de mirarme las tetas, algo absurdo puesto que traté con él de la temperatura de mi café con leche. Me encanta ver montaña por las ventanas y no se por qué me imagino entonces una chimenea y todo calentito ahí y los pinos se mueven en mi cabeza y yo me voy encendiendo por momentos hasta tal punto que pierdo el hilo de lo que está contando la preñada porque no se calla ni un momento y le digo al Jesús con mis ojos y con mi cruce de piernas que quiero que me lo haga ya. Me entiende, lo entiende y pide la cuenta. Su cuñada se incorpora y se acerca a saludar a otra chica en la barra, entonces Jesús se inclina sobre mi oreja y me dice bajito que no mire más así a Roberto, que debe tratarse del chico de la barra, me rio y entonces mirándome a los ojos me suelta

-no te rías, vienes como viniste la primera vez, en plan zorrita, luego estamos tú y yo en mi casa, solos y sin vecinos-

Tardamos al menos diez minutos en despedir a la preñada en la misma calle algo más arriba, hubo de venir el marido a llevársela y a mirarme las tetas también para que después Jesús le sacase a relucir ya en su casa, el caso es que complejo de inferioridad no creo que tenga pero no sé por qué tiene que pensar en ese imbécil, le voy a coger manía de tanto escuchar su puta vida.
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La casa del pueblo es una delicia, me gusta más que antes, desde el patio se escucha el viento entre los pinos, allí respiran hasta las ideas, Jesús me contó después que hay caza mayor en la zona, ciervos, y que al comienzo del otoño se les oye berrear por ser época de apareamiento, que él lo ha escuchado más de una vez desde la casa. Su insinuación del bar no dio para mucho, supongo que esa casa le trae demasiados recuerdos y tantos esfuerzos por resultarle agradable a la maruja le frustran de tal modo que luego no aguanta.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Trece rosas

La voz del sordo que no es el sordo y se llama Julio, además de la voz tiene tremendamente armoniosa la dentadura, es algo asombroso. Llegué a las 16h en punto tal como quedamos. Fuimos caminando desde Ópera, punto de encuentro, sin rumbo fijo y salimos a la plaza del Callao desde Santo Domingo. Me llevó a un sitio donde no había estado jamás, en la Fnac hay una planta (o quizá varias) toda entera de libros y tienen habilitada allí una sala y la gente entra y en sillones o en el mismo suelo se lo leen.
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Yo todo mi afán era hacerle reir para que me dejara ver sus dientes. Tras salir de allí nos metimos en el Rodilla de la esquina, me invitó a un sandwich y ahi fue cuando me dijo que tengo "algo" en la mirada, no vengo a saber lo que es pero me contó que por eso no dudó en que debía verme, que hay algo en mi mirar que le resulta familiar. Allí también me explicó que nunca había estado con una prostituta y que no pretendía acostarse conmigo, se ponía muy nervioso al hablar de esto, miraba alrededor, cambiaba de postura... le tranquilicé y para serenarle le dije que haríamos lo que él quisiera, esto pareció provocarle justo lo contrario, me dio la risa y creo que le avergoncé.
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Me pagó antes de salir del Rodilla, me dijo que tenía que pensarse algunas cosas, que me llamaría de nuevo. Le espeté que le invitaba a un cine, me miró incrédulo pero accedió. La película: Trece rosas: una tragedia. Pero la voz del sordo se animaba por momentos y me contaba, bajito, extractos de la Historia en la película, yo me inclinaba sobre él para escucharle y era entonces cuando le olía y lo hacía divinamente y él con su cara de niño me miraba y me indicaba, a mí, muda, que guardara silencio y atendiese a la pantalla.
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Con lo que quedaba de mi cargamento de palomitas salí comiendo de los cines. En la misma puerta, bajando los escalones, me indicó de nuevo que me llamaría y fue cuando le pregunté cómo iba a despedirse de mi, me miró apurado y antes que dijese algo le besé los labios y me mantuve ahí frente a él un segundo y su boca, perfecta, buscó la mía plantándome un beso tremendamente dulce. Bajamos andando de nuevo a Ópera donde yo me meti en el metro.
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Entre estación y estación vine pensando que me recuerda a Pedro, ni que fuese ayer: yo con mis dieciséis añitos recién estrenados y él agarrado a los barrotes de la verja desde la que me estuvo hablando más de media tarde y recuerdo que se tiró tres horas para darme un puto beso. Pedro o Julio qué más da pero a mi esto de que yo le recuerde a algo/alguien no me apetece lo más mínimo, a mi me ha recordado él al sordo y al Pedro de hace más de una década y con eso ya me aburre, pobrecito, es por esto que quizá existe ese dicho de "las comparaciones son odiosas".
Mañana me marcho al pueblo toledano a llevar flores a la difunta, últimamente esto está lleno de muerte y calamidades pero volveré.

martes, 4 de diciembre de 2007

Martes melodramático

Además de zorra soy mala persona. Esta mañana, temprano, ha llamado la voz del sordo que no era él y hemos quedado. Tenía el teléfono encendido expresamente esperando su llamada, aunque esto me ha supuesto hablar con Héctor que sigue convaleciente en cama en su casa.
Me he pasado a verle, vine hace un par de horas, me dijo que me habían escrito nada más llegar, me hizo sonreir, de hecho he llegado allí con bastante mala hostia, Jesús no me ha despertado esta mañana. Héctor y su convalecencia me dejan el sobre con el que voy a comprarme el abrigo que me gusta.
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Con la voz del sordo que dice llamarse Julio he quedado para mañana, quiero comprobar qué dice que ve en mis ojos, últimamente me sigo aburriendo, qué largos algunos días, qué simples algunas noches. Héctor me ha estado contando lo que ya imaginé, que se traía un rollo raro con su compañera y que ella le ha dejado, se lamentó en voz alta una y otra vez y se preguntaba por qué le había engañado, afirmaba que ahora justo cuando la necesitaba le daba la espalda, utilicé sus lamentaciones en mi beneficio, le aseguré no abandonarle y me besaba la mano una y otra vez guardándola entre las suyas.
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Se puso melodramático y recordó de nuevo que estar conmigo era lo mejor que le había pasado tras la muerte de Belén, esto me dio muy buen rollo y me animé, me animé y le conté que no quiero volver por la cafetería La Playa, que un camarero ha querido contratarme, no puso impedimento alguno, asunto solucionado. Salí de allí y pasé por mi casa a dejar la cesta de navidad que Héctor me ha regalado, estuve un rato tirada en la cama, mirando el techo pensando en cuántas cestas de navidad le pueden quedar a Héctor.
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También he pensado, un rato solo, en que esta mañana el Jesús no me ha despertado y en que pretende pasar estos próximos días babeándole a otra y tengo que consentirlo, bueno en realidad me da igual, sí me molesta algo el hecho de no darme los buenos días, eso no se hace, la cuñada me da igual, es más, si no estuviera ella no estaría yo tampoco, no me molesta. Hoy he probado el vodka con zumo de piña y no, deja el sabor demasiado caliente.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Tanatorieando

Este sábado fuimos a enterrar a un compañero de trabajo de Jesús, se mató el viernes en un accidente de tráfico, bueno en realidad se mató por ir a más de 150 km/h en la carretera de Valencia. El tanatorio del hospital Gregorio Marañón es una vergüenza y echar un polvo en este tipo de sitios está mal pero en las tres-cuatro horas que estuvimos allí entramos al baño dos veces.

La primera de ellas, Jesús me siguió sin avisarme y ante el estupor del señor que me precedía se abalanzó sobre mi y comenzó a besarme el cuello continuando metiéndome mano hasta que pasamos dentro. La segunda yo misma la sugerí al descubrir una pequeña sala con tan sólo mesa y una silla, al lado justo de la puerta de los baños. Hay veces como esta segunda escapada en que le entran las prisas y no viene a ser escapada ni viene a ser nada pero me gusta verle tan excitado clavándome los ojos mientras yo observo la pena general jugando con mi chicle, es excitante y a la vez es como cagarse en dios.

Después, una vez en su casa le entra el arrepentimiento y comienza a contarme episodios vividos con el muerto y lo que no sé es cómo no se murió antes. Y mientras él habla y juguetea con mi pezón tendiéndose a mi lado yo me pongo a pensarme muerta y en lo que dejo entonces, un piso vacío y apestado de billetes por lo tanto seré grato recuerdo para aquel/la que se lo encuentre y entonces pienso en la vecina del 2A la hija de puta que no la puedo ver y entonces me doy cuenta que Jesús me está hablando de yeso y algo de una hormigonera y me le imagino a él una mañana de miércoles en la que se le cae un palé de bloques en lo alto o le veo de cualquier manera bajo unos escombros. Y me deja a mi, aquí, metida en su piso pintándome las uñas.

Le escucho bien poco, todo lo que cuenta es una lástima, pero todavía sabe cómo llevarme al disfrute, y me sigue gustando su fuerza y cómo se le encienden los ojos, ya hace días que me aburre y aún así me sigue gustando, porque sigue hablando de yeso pero le tengo besándome las rodillas primero una y después la otra y me está acariciando el pecho y sigue contándome mordiéndome el tobillo y de nuevo una mano en mi pecho y me besa un codo y así sucesivamente, que me cuente lo que quiera.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Haciendo carrera

Ayer estuve prácticamente todo el día fuera de aquí, caminé bastante y llegué cansada, Jesús vino al rato y con muy mala hostia, traía problemas del trabajo y yo muy pocas, mínimas, ganas de escucharle. Terminamos discutiendo como ya es costumbre, me tachó de zorra que no pasa nada pero lo hizo con desprecio y eso no se lo consiento.
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Como las posibles escuchas de los vecinos no le dejan vivir me pidió varias veces que bajase el tono de voz y a mi el hecho de que ese tipo de cosas tuviese siquiera importancia me sentó como un tiro. Como me crispó tanto le mandé a la mierda diciéndole que se follara a la vecina y me contestó que piensa el ladrón que todos son de su condición. Esto tuvo gracia y me hizo serenarme.
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Esta madrugada antes de irse me ha despertado, sentí sus cosquillas en mi nuca, me besó el hombro y me hizo voltearme y así frente a frente me dijo que anoche parecía un potro desbocado pero que así, mientras duermo, me asemejo más a una mansa yegua y nos echamos a reir, y tras las risas, al rato ya le estaba cabalgando, vaya que si le cabalgué, como hacía días que no lo hacía, hoy apenas me ha mordido tan entusiasmado como estaba observándome. Me ha dejado muy bien, me gusta que me lo haga de forma que mientras le tengo dentro me lo hace también con los ojos, de este modo dice cosas que nunca jamás me explicará, me entiendo entre sus jadeos.
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No acostumbro a estar tanto tiempo con el mismo olor entre mis cosas, y hay ratos en que pienso si este olor una vez reconocido y adaptado terminará llevándose mis ganas o no, hay veces que sé lo que me va a decir, otras veces que le oigo pero no le estoy escuchando y otras en las que ni siquiera le presto atención y se podría decir que hay un extraño en el sofá riéndose con payasadas de la tv, tengo algo en la cabeza de lo que ahora no puedo hablar. Me ha dejado dicho que procure limpiar la cocina pero no me apetece, voy a bajar a por tabaco.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Cosas de casa

Hoy se le olvidó el móvil en casa y ha llamado lo menos cuatro veces, quizá lo haya olvidado a propósito pues no me quedó más remedio que terminar quitando la mancha del baño.
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Tuve tiempo de sobra para acercarme a visitar a Héctor que estaba en la cama con fiebres, historias, me había dejado un par de mensajes en el buzón de voz y había también un mensaje muy curioso de un chico cuya voz quiero reconocer pero no lo consigo, no dice su nombre, solo que volverá a llamar y yo me acordé del sordo pero esa voz no tiene que yo sepa, pero eso sí, la voz me dice al igual que hizo él, que ha visto algo en mis ojos... y tampoco lo da nombre, simplemente dice que volverá a llamar.
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Héctor y una compañera de trabajo creo que o bien se lo han hecho juntos o lo pretenden, allí coincidí con ella, me presenta ante ella como una buena amiga y aparte de no pagarme, claro está, me abarulla de información del tratamiento que debe seguir y su baja temporal y cosas que no me interesan de la presentación de unos presupuestos de los que la compañera se está encargando.
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También he tenido tiempo de acercarme al piso un ratito, cambié vestuario y ya sí fregué platos que dejé sucios para otro momento. La del 2A ha cambiado su puerta, también el color, esta vez más claro, sigue teniendo una sola mirilla, no sé. El dinero está todo en silencio y en su sitio, menos lo que he cogido y algo me dice que esto terminaré empleándolo en ese abrigo tan cuco. Y he visto unos guantes de cuero negros preciosos que con un poco de caridad me los traerán los reyes magos.

martes, 27 de noviembre de 2007

Hoy he pensado

Hoy he pensado en que ahora mismo en la vida tengo solo a dos personas que se podrían hacer cargo de mi cuerpo ya de muerta, qué penoso. Para una vez que se me ocurre la idea de poner la tv y me encuentro con semejante pensamiento. Me da por pensar e imagino que Jesús iría en mi búsqueda o la Sandra a quien la tengo en todos mis contactos... cuando esto ocurra me dará exactamente igual cual de los dos sea el que se presente a por mi a recogerme pero es igualmente penoso... cientos de cuerpos durante años sudándome para que luego, a lo mejor me esté ahí sola esperando a que lleguen a por mi, horas y horas ahí, muerta y sin nadie, qué putada.
Ahora así pensando, leo mucho, y la gente se inventa muchas cosas, puedo yo inventarme una familia aquí que te cagas de buena para quien lea pero la verdad es la que es y no me apetece una mierda tener que inventarme cosas, para eso luego hay que tener buena memoria, es muy complicado, la vida misma es complicada así que: que le den por el culo a la muerte que es lo mismo que decir

-si, qué pasa, soy una zorra y qué, estoy muerta y sola, pero muerta-

Yo hasta para morirme voy a morir con clase, de esto estoy segura.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Coca de la guapa

Continúa su control sobre mis cosas, hemos estado discutiendo todo el fin de semana. El sábado estuvimos en Las Rozas en casa de un amigo suyo que cumplía años, no nos conocíamos. A todos les va cargando acerca de su trabajo y con cosas que no entiendo y a mí me deja con ellas, que tienen, según cuentan, bastante poco tiempo para las cosas y que siempre van con prisa de un lado para otro. Una de ellas, Raquel, terriblemente guapa, me invita a una rayita en el baño tras comentarme que no diremos nada, que hemos venido a divertirnos. La anfitriona debería llevar pegada a la mano una fregona, es escrupulosamente decente y delicada.
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Una fiesta privada de mileuristas siempre es muy probable que resulte una entrega total al alcohol y lo que se tercie, y una resignación a la vida, por lo que opté por entretenerme con el hermano del anfitrión, sordo desde hace años. Este vagabundeaba de grupo en grupo sin necesidad de oir, intentando escuchar algo y debió precisar mi aburrimiento y comenzó a hablarme, bajito y pausado del vodka una vez aborrecido. A mi lado tenía a la guapísima, me estorbaba, y ella me insistía también bajito diciéndome que me esperaba en el baño de nuevo y no eran las doce de la noche. El sordo me contaba, mientras echaba mano de la botella de cacique, que yo tenía en los ojos algo que no tenía nombre y yo le reía con la atención de Jesús, allá a lo lejos en su partida de mus y en mi risa.
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Sin poner intención en ello compruebo una vez más acerca de mi sociabilidad. A medida que el tiempo pasa aumenta mi exquisitez. También es cierto que tras incontables reuniones hay establecidas ciertas pautas en mi conducta que van dictando el acontecer de la noche pero ahora mi posición es diferente, soy la de y carezco de decisión, consiento ser ahí adecuadamente simpática y poco más, la gente normal se podía morir, me aburren.
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Cuando ya en repetidas ocasiones comparto con Raquel en el baño, le pregunto qué piensa hacer luego porque la digo que yo estoy viviendo una noche que rebosa lo simple y que yo lo que pretendo es perder a la fregona de vista porque me agobia, que me quiero ir pronto a echar un par de polvos con Jesús. Ella, que la he visto terminarse el brugal se retoca los labios frente al espejo, se suelta el pelo alisándolo y de nuevo se lo recoge cambiando la posición de las dos pinzas que sostienen el recogido, me mira sonriendo a través del espejo y me dice

-puede pensarse Jesús que nos estamos metiendo, le llevo viendo más de dos años, con frecuencia, y no le he visto perder el control, nunca, y a ti te lleva fichando toda la noche, así que puede que lo próximo que yo haga sea discutir con él-

Se ríe y le cuento que me da igual que lo sepa, que me aburro un poco. Y ella me remata diciéndome que eso no es nada, que cuando lleve junto a Jesús los más de cuatro años que lleva ella con su novio que entonces ya me habré acostumbrado a ese tipo de reuniones, y mientras me cuenta juguetea con las orquídeas que están ahí en su jarrita. A mi todo me da lástima y apuro mi copa mientras me cuenta que la he caído bien, y que si nos vemos en navidad tendrá más coca.
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Salimos de esa casa Jesús y yo ya no sé a qué hora, creo que fuimos los últimos en marcharnos, llegamos a casa y estuvimos durmiendo hasta pasadas las siete de la tarde. Sé que antes de dormir me estuvo diciendo cosas como que la guapa era una zorra, que gastaba mucho dinero y pretendía vivir por encima de sus posibilidades, que le tenía al novio matándose a trabajar para mantenerla, y acabamos discutiendo.
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Ayer domingo, de nuevo discutimos porque no me he molestado en llenarle el frigorífico en toda la semana ni en fregarle una mancha de no se qué en el baño. Hay ratos en que me desespera por lo dominante, pesadísimo en repetirme una y otra vez las cosas. No sé, quizá discuto porque me aburro bastante y porque si te lo hacen después como pidiendo disculpas, acaba siempre siendo un polvo completito y generoso, como el de anoche que le hizo asegurar que esta vez, seguro, yo habría despertado a los vecinos. Cuando se enfada, es curioso, se le forma una arruga en la frente y hay veces en que llega la arruga casi antes de la discusión. Todavía no le entiendo del todo.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Dudas

Ayer cuando llegó Jesús a eso de las ocho me encontró en la bañera, con una borrachera imposible de disimular pero feliz y contenta en la bañera. Se enfadó un poco y como no soy imbécil tras comprobar mi estado sé que marchó y regresó del salón para comprobar que su botella siguiera dentro del armario.

Que le den por culo, que eso hizo conmigo al dejar cerrado con llave, conmigo tonterías las precisas, yo me emborracho cuando quiera y me de la gana.

Hoy tenía algo importante en la cabeza así que tras volver a discutir con él nuevamente esta mañana, se ha ido a hacer su vida y yo la mía, estuve en el corte inglés donde Renfield me recordó el otro día que la navidad ya llegó hace una semana lo menos, fui a ver el precio del abrigo y como lo quiero gratis me estoy pensando si quizás enciendo ya el móvil y que me llame Héctor. Cuando veo tanto adorno fuera de fecha y tanto despilfarro y tanto despiporre por el centro de madrid siempre me entran las prisas así que tengo que tranquilizarme y pospongo la decisión para mañana.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Un brindis

Anoche salió el tema de la botella de vodka, esta mañana sobre las ocho y media ya estaba yo comprándome una nueva pero en el parque hacía frío así que no he podido ver cumplido mi deseo del todo por lo que decidí traérmela a su casa, ahí sigo con ella, llevamos las dos sonriendo todo el día.
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Anoche me preguntó qué había hecho durante el día de ayer, le conté detalles y además le dije lo que él esperaba oir: que bajé a tomarme algo porque no encontré la botella que yo misma dejé sobre la mesa... entonces me habló del mundo y del mundo de la droga, incluso me habló de drogas que aún no he probado, también de las que no voy a probar, no entiende nada.
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Le expliqué cuando terminó el discurso que tan sólo le había dicho lo que él esperaba encontrarse, le expliqué que no era cierta mi compra (lo ha sido, pero hoy) pero que me gustaba verle cuando se enfadaba, me contó que él solo se enfadará cuando yo le mienta, que tengo que decirle la verdad, siempre. Y comenzó a susurrarme que él lo hacía todo por mi bien, y me besaba la oreja dándome pequeños mordiscos en ella y me dejé hacer y me mostré melosa

-¿y siempre-siempre vamos a decirnos la verdad? - le pregunté con mis labios recorriéndole el cuello, alzándole

-sí, siempre - contestó

le pregunté entonces qué había hecho con el vodka aunque evidentemente ya sabía que no me diría la verdad; me miró directamente a los ojos y tras morderme la barbilla me cuenta que la ha tirado y no piensa comprar más el hijo de puta. Y yo sonrío sin quitarle la vista de encima porque me hace gracia que se crea que lleva las riendas de todo esto, todavía no ha nacido quien me diga a mi lo que debo o no debo hacer.
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Vuelve a mi oído y me dice bajito en un suave balanceo que le deje correrse dentro de mi culo, y con una mano se ayuda para irme abriendo camino, primero con un dedo, después dos, y yo aún ahora sigo sin entender su intención de hacérmelo por detrás, hecho del que por otra parte no me quejo porque me gusta pero se me hace un tanto extraña su insistencia aunque la sensación es cojonuda cuando se dilata el espacio completamente y se siente húmeda la polla, avanzando.
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Ayer, que fue otro día, quedarme con el culo completamente abierto sabiendo que no iba a beber ni un puto trago después, la sensación fue, por contra, lamentable. Que no me vuelva a pasar nunca: eso espero. Hoy, brindo por ello y por los hielos que he comprado en el dia% que son de puta madre y brindo por la relatividad de las cosas aclaración nº 25 y brindo por una canción que he encontrado de casualidad mientras le estaba buscando una a Renfield así en plan -pero mira como beben los peces en el río-, no encontré lo que buscaba pero he encontrado esta y la dejo aquí, la canción debe sonarle a todo dios que entre por aquí, hasta los gatos deben escucharla. ¿Alguien sabe de algún sitio donde se consiga una marihuana chula por aquí por el barrio de Usera?. Brindemos. La putada de un blog es que no tiene brazos.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Cerrado con llave

Jesús se ha estado rayando de nuevo con la preñada, cosa que a mi me ha servido para follármelo dos veces seguidas. Dice encontrarla feliz y que se alegra por ella cosa que a mi feliz-feliz no me hace. Me pregunta mientras me va acariciando sacándome los pantys que qué me parece el marido de la cuñada... que qué me parece el hecho de que la ha dejado embarazada... que cómo le veo... mientras me preguntaba si me lo follaría o pienso que va follando por ahí ya siento su dedo explorándome con el resto de su mano desencajando el tanguita de mi entrepierna... le ponen cachondo las terceras personas o se pone celoso, una de las dos cosas, o ambas, no lo sé, el hecho de no saberlo me excita, le digo que sí a su movimiento y él acepta el sí dentro de su monólogo que no escucho.

Joder, me gusta mucho cómo me lo ha hecho pero no me apetece hoy escribirlo, estoy algo achinada con él y es que me aburro bastante y yo creo que necesito hablar o algo, aquí los días son descomposiciones de horario, Jesús se larga a trabajar sobre las siete, pues bien, hasta que no pasan lo menos doce horas por aquí no aparece y mientras me tengo que buscar la vida.

Esta mañana hizo algo extraño y eso sí quiero dejarlo escrito: anoche me preguntó si había visto una llave por el salón, después la encontró en el mueble que sostiene la tv, pues bien, esta mañana hemos estado follando, dos veces como ya he dicho, por lo que visiblemente extasiada al marcharse él me levanté y fui al comedor a servirme un vodka pero no, la botella debía estar encima del mueble tal y como yo la dejé y no. Me pongo a abrir cajones y efectivamente, una de las puertecitas no se abre, echó la llave que encontró anoche y el vodka dentro y yo con el culo dilatado mirando el mueble y sin poder beber. Y entonces me acordé de Héctor que una tarde yo esperándole en su casa se presentó con un eristoff del mercadona o no sé dónde. Esto no se hace.

Mañana si no hace mal día pienso bajar por la mañana a comprarme otra botella y no me pienso mover del parque de ahí abajo hasta que no me harte de beber, por gilipollas. El caso es que como me aburro bastante estoy pendiente de los detalles y él por lo que veo está pendiente de otras cosas.

lunes, 19 de noviembre de 2007

De retiro al cementerio

Bueno pues ya pasó el primer fin de semana con el Jesús, que no es fin de semana, que ha sido día y medio; domingo y medio sábado. El domingo me ha llevado al parque del Buen Retiro y hemos montado en una barca en el estanque y siempre que voy al Retiro termino en las barcas y follando y/o siendo vista follando en las barcas, que también. Es algo ya de lo más tradicional.

Es que no sé muy bien por qué pero me gusta de siempre el Retiro, y las barquitas así en plan Gala casada con multimillonario. Esto lo pensé allí mientras Jesús remaba pero se me acaba de ocurrir que de seguir trabajando en esta vida probaré a llamarme Gala alguna vez, me gusta su nombre y últimamente he leido mucho sobre ella, era lista la cabrona. Me sobran horas del día y entonces estoy leyendo mucho y hoy he pensado que la que realmente quiero leer es la novela de mi personaje y pensé en mi apdo de correos donde el de argüelles prometió enviarme una copia. Me desvié del tema, sí, -impulsiva, caótica-.

El caso es que al Jesús no le hizo ninguna gracia que el camarero del kiosko me saludase al servirnos en la mesa, por esto nos enfadamos un poco, le dije que ahora mismo al único que me había follado en el Retiro era a él en el agua y me dijo cosas como que eso era lo que hacía yo, follar, y que él quería quererme pero que yo seguramente me habría follado a medio parque, y siguió diciéndome cosas que yo ya no escuché porque solo oía en mi cabeza que él quería quererme. Hicimos las paces después, al cabo de un rato, ya en el césped. En el Retiro cuando se va el sol ya hace un frío de muerte por lo que nos vinimos pronto.


Ya una vez aquí en el salón, me explicó que el puente que no es puente de diciembre, la inmaculada, lo vamos a pasar en el pueblo y entonces recordé los pinos, me explicó que hay que ir para quitarle a la muerta las flores ya marchitas y que vea su cuñada las nuevas y de nuevo me tocará escogerlas. Esto último, el escoger las flores, no me lo ha explicado ni a su manera ni a la mía, lo digo yo porque sí. Tengo que aprenderme esta palabra, -eufemismo-, me ha gustado.
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aclaración nº 7

viernes, 16 de noviembre de 2007

Me estoy situando aquí

Soy muy zorra, lo se, lo reconozco, pero tendré internet puesto que le he razonado a Jesús que sale más barato que mantener él su vicio del tabaco. El tema de mi poco ahorro no me ha dado problemas, me ha hecho quedar como bastante menos zorra de lo que soy, me ha puesto ojitos de los de "no pasa nada, pobrecita". Me dice que mañana irá más tarde a trabajar, que primero irá conmigo al banco para ingresarlo en una cuenta a su nombre y yo apareceré junto a él en esa cuenta para poder disponer también de efectivo. Me ha dejado libre parte de su armario que huele todo a él y un par de cajones de una cómoda de las feas que tiene en la habitación.

Esta mañana, madrugada más bien, me desperté sin saber dónde estaba, él me estaba besando la cintura, despacio, me miró feliz de mi despertar y a mi pezón izquierdo también le hizo levantarse. Una vez que estamos todos despiertos se coloca echándose a mi lado

-entonces condones no tengo que comprar, ¿no? -

Y le doy los buenos días a los dos. Me voltea dejándome de espaldas, se echa sobre mi y me dice al oído que para mi todo son noches. Escurro mi brazo y enciendo la lámpara, quiero sentirle dentro mientras me mira la cara, me desquito toda yo liberando mis piernas, volteándome de nuevo, mirándole los ojos, lo quiero profundo, alzo una pierna, después la otra dejando reposar mis rodillas sobre sus hombros, él todo lo que se le acerca lo muerde, me gusta que me mire mientras entra, entra mientras gime y siento su lengua en mi cuello pero quiero que me mire la cara, le agarro y de nuevo se escapa y así peleamos.

Y en ese momento pensé en cuando aquí en el blog me preguntaron si me tragaba todo y entonces imaginé que Jesús me decía si quería desayunar invitándome a chupársela, pero nada de ello sucedió, él tenía su propia rayada con el sonido chirriante de la cama que despertaríamos a los vecinos y no se qué.

Después, se fue sudando a darse una ducha diciendo que a partir de ahora los lunes dejarán de ser lunes, que serán como ha sido hoy y es viernes. Me ha hecho reir y antes de salir para casi todo el día me ha dado un beso en la boca y me ha pellizcado una teta. He pensado en apuntarme al gimnasio aquí en este barrio y hacerme unas mechas en el pelo, no sé qué color quiero, es que el de la esperanza es el verde y no me gusta.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Maleteando

A Jesús le he llamado esta mediodía. Ahora estoy en internet, cosa evidente, dentro de un rato haciendo el bolso y así pienso hacer el día. Al decirle que sí, que me voy para allá y probamos ha hecho como a quien le regalan un coche, solo le ha faltado decir si puede probarlo. Creo que me ha visto en su cama, como tanto le gustó el otro día y yo me he visto en su bañera, ante todo la clase, así ha de ser.
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En mi revisión, todo bien, no tengo sida ni anticuerpos ni mierda, un asterisco luego en los glóbulos rojos y creo recordar que esto no es nuevo, y nada, cositas que no entiendo pero que van dentro de su baremo. Lo primero que haré al llegar a Usera a la casa del Jesús será apuntarme en aquel centro de salud, me dan arcadas con este feo de mierda.
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Hoy por aquí encontré un blog muy chulo, he aprendido ya que vas viendo de blog en blog a través de los perfiles. Bien se nota que tengo mucho tiempo libre, voy a ir dejando de ver cosas que pasan en el mundo porque me pone triste y no. El otro día juan carlos el del billete 5000, en una cumbre de jefes estado/gobierno mandó callar estando ya hasta la polla al venezolano que a su vez increpaba a jose luis por asuntos del imbécil de aznar: el sinpolla en definición. Un jaleo. El caso es que me veo el video hoy y me pongo a pensar si el jose luis se lo hará con alguien más que con la mujer, tipo cigüeña, así, fría, como él, y me ha puesto triste. El presidente de este país tendría que follar como un campeón, si yo me acostara con el presidente del gobierno no tendría entonces juan carlos que salir en su defensa.

He concretado ya que al Jesús tengo que decirle que tengo solo 3000euros, todo lo demás me lo he gastado en coca, le venderé así una jodida vida pero le diré también que ya lo tengo superado, que todo está bien y el caso es que no se qué cojones hacer con todo el resto del dinero. La hija de puta del 2A me mira siempre raro, no me gustan nada las películas tipo La Comunidad, luego me acojono.
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aclaración nº 20. Tambien he de decirle que por mi puede vender la tv, que yo me llevo el portátil, me le imagino ahi tan serio que no se muy bien cómo va a aceptar todo. Pero es que quiero que me lo haga, cada noche, que me muerda, me gusta mucho cuando me huele el lóbulo de la oreja, respirándolo hacia atrás y mientras me sostiene erguida frente a él y sus dedos juguetean entre mi tanguita.
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Mañana voy a dormir en lo más parecido a un hogar, en meses, y según veo he elegido sin darme cuenta y es como que doy por hecho que el blog también se vendrá conmigo. Todo se verá.

martes, 13 de noviembre de 2007

Legalización


aclaración nº 7
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Hoy encendí el teléfono para llamar a Sandra y aparecieron varias llamadas más de Héctor. He estado valorando todo y creo que lo más conveniente para mi es no apartar a Héctor por lo que después de comer me pasé a verlo. Le hablé de mi imaginario constipado, quedó conforme. Le he dicho que quizá nos veamos con menos frecuencia, que me surgen cosas fuera de la ciudad, no le queda otra que aceptarlo, apenas me ha hecho preguntas.

Tras recoger mis honorarios me ha propuesto una variante, dice que ahora piensa más en mi que en su difunta y terminó haciéndomelo en la cama, esta vez sin prisas, rompiéndome el tanga ayudándose de unas tijeras minúsculas, rajando también mi blusa, fue curioso. Dice que el jueves pasará a recoger los resultados de unos análisis y que tiene jodido el hígado. Me recordó los míos que he de ir a por ellos y compartió conmigo un porro mal hecho de marihuana, que dijo traer del trabajo. Lo que fumamos no era más que hoja pero él, tan feliz, con veinte años menos, riéndome las formas, acariciándome un pecho tumbado, desnudo, a mi lado.

Tiene la casa a unos 25grados, una gloria. Ha quedado en cenar con no se quién, me vine pronto.
He vuelto a pensar de nuevo ya aquí recontando billetes y rememorando lo poco que me cuesta revolcarme con él, su poco aguante pese a las ganas que prometían pero ya no tanto. Y los billetes me gustaban más antes con la cara del juan carlos y esto me dio una idea, en media hora larga me he presentado en Leganés, al bar de este, me ha dado un chivato con un par de cogollitos dentro, me lo debía y he vuelto aquí frente al teclado y ahora me estoy fumando en cincuenta euros de los de color marrón feo, una sativa de no recuerdo dónde pero muy maja que me ha dicho hace un rato que sería perfecto fumármelo todo con el Jesús, el bolo, desnudo, a mi lado, acariciándome un pecho y un día más y luego otro.

Todo va a salir bien, a Héctor le puede reventar el hígado pasado mañana, ¿y quien va a ir a verle? - Clara, ¿y con quién se va a estar acostando? -con el Jesús. Y me gusta.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Llevo unos días

Llevo unos días mínimamente productivos. Tan solo estoy yo y mis pensamientos. Me he visto cuatro veces con Jesús, la última vez ayer de forma gratuita. Es definitivo el que me gusta mucho. Dentro de nada hará una semana que no trabajo, sigo con el móvil desconectado, estoy pensando.

Este me dice que me vaya a vivir con él, que deje de trabajar, que él me mantiene mejor o peor pero que me quiere en su casa. Yo quiero verle llegar del trabajo, quiero desnudarlo y tenerle hecha la cena y que me lo haga hasta quedar rendido, como el otro día en su cama me vale. Y pienso. Pienso si es algo que ahora me pueda yo permitir, pienso si realmente merezco algo así y pienso en los posibles problemas que pueden surgir. Me gusta lo suficiente como para pensar en todo esto.

También pienso en Héctor que entre ayer y esta mañana me tiene el móvil bombardeado a llamadas, en qué decirle o cómo hacer. Anoche, que también estuve con Jesús, insistió mucho en que me quedase allí a dormir, él mismo me traería esta mañana camino de su trabajo y me negué y al volverme a casa y sacar la llave del portal miré a mi alrededor, estuve observando unos segundos, pensé en si me habría seguido, por ningún concepto quisiera encontrármele por aquí, esto es mío y solo mío, hoy y siempre. No sé bien qué hacer, qué quiero hacer.

Nunca, jamás, me he estado acostando con alguien así de seguido a sabiendas que él está enamorado hasta las uñas de otra mujer, no sé si sabré moverme ahi, quisiera poder ver mi propia comodidad, no sé si esto es posible y no sé por qué me gustará tanto para tener ahora yo esta indecisión. He quedado en responderle esta misma semana, tengo tiempo, voy a decidir.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Aprendiendo

Hoy escribo, me ha llamado Jesús, ha tardado solo un par de días. Me ha gustado mucho la conversación en la que no hemos dicho nada pero nos aturullábamos al hablar, los dos a la vez, me ha gustado mucho. Es estupendo, hoy no trabajo. Tras venir del gimnasio he estado haciendo cálculos y Jesús me gusta más que el camarero, definitivo, sí, procuraré conservarlo. Hace ya muchísimo tiempo que no me encapricho de nadie; desencantos.

Hablando ayer con Sandra por teléfono, que lleva quince días sin echar un polvo, que no sabe qué le pasa, está de nuevo pillando farlopa, la he dicho ya varias veces que deje de hacer tonterías, que va a vivir puteada, cuando lo intenta dejar siempre se pone así de depresiva. Yo no me he pagado ni un puto gramo en mi vida y no pienso hacerlo, follo y me drogo de un modo u otro con cierta frecuencia, por el momento vamos bien.

aclaración nº 6

Renfield de aqui del blog estos días me ha dicho cositas muy interesantes acerca del gatillazo y me vinieron a la memoria cosas como verme encima de un tio atrás en un seat león y que no podía ser y de nuevo encima y no y así hasta irme apagando y preguntarle qué pasa y tener al sujeto delante, que voltea la cara por no mirarme de frente y alcanza a decir algo así como -no puedo ... no sé ... no puedo- y lo recuerdo y me hace gracia. Y antes de darme cuenta ver como, rápido, en un instante ya se ha metido dentro de nuevo de los pantalones. O recuerdo en un dormitorio tener a uno sobre mi, tumbado, empujando el sabe qué, al vacío, sin saber siquiera lo que está haciendo y oigo mis risas y otras muchas escenas vienen a mi y creo entender cosas que entonces no.

Algo me debe estar cambiando en la cabeza, no sé lo que es, espero no verlo de frente por si viniera con fuerza, no me apetece una mierda moverme, quiero mañana estar espléndida en mi cita con Jesús, quiero ver en qué habitación duerme. Acabo de recordar que he de hacerme las uñas, esta vez van a ir en granate, sí, me apetece.

martes, 6 de noviembre de 2007

Ya paso menos frío

Esta mañana por fin ha venido Marcelo a arreglarme la caldera. Lo que me ha venido a decir no sé si tomármelo como una declaración o cómo. Yo a este nunca le he considerado pero tras tenerlo una vez como cliente en su propia casa me explicó en qué consistía su trabajo y le hice prometerme que de tener que llamarle no me cobraría mano de obra, fue un pacto pero ni una sola vez le recuerdo por tenerlo entre las piernas y tras cambiarme no se qué pieza de la caldera y anularme un radiador me cuenta que no me ha llamado antes por vergüenza porque su mujer se quedó embarazada de nuevo y sin buscarlo ambos y él al enterarse de la noticia inmediatamente recordó un polvo en que dice descargó absolutamente todo hasta quedarse sin fuerza y después pensó en que eso había pasado estando conmigo.
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Me ha estado contando media vida, como que está muy puteado y trabaja más horas de las que tiene el reloj. Al verme al ordenador me pregunta si acaso he cambiado de oficio, me tantea porque no quiere pagarme, recuerdo sus cosas, su casa, su trozo de vida que me pareció vivir allí y creo que no está mintiendo. Mientras se me acerca me cuenta que nunca pensó tener treinta y cinco años y estar tan hasta la polla de vivir, que lleva más de seis años acostándose con una extraña, que a su vez le necesita para vivir, que yo cómo lo veo, que qué puede hacer y de nuevo mirando el escritorio de mi pc me pregunta en qué estoy trabajando. Me mira de frente, le beso,

-ahora en tu boca- le digo divertida.

Me dice que me ha de explicar una cosa respecto al encendido de la calefacción, me lleva a la cocina y en cuestión de unos minutos estamos mancillando la encimera -donde la otra vez- me dice en mi oído.
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Y entonces ya sí recordé con cierta nitidez cómo le pregunté estando en su casa al ir a beber agua varias cosas de mi nevera que no deja de darme problemas y cómo terminamos follando como locos con mi culo en lo alto de la encimera. Solo que esta vez era mía la cocina como también mía la cafetera de cristal que él de un codazo tiró al suelo haciéndola migas. Ahora parece que follo con alegría, el Jesús este, el bolo, me ha gustado mucho, quiero que me llame y ahora ya paso menos frío.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Toledoando

aclaración nº 7

Eso de visitar los cementerios en estas fechas es como ir a la feria. He pasado el fin de semana en un pueblo minúsculo de Toledo, imagino que allí tendrán internet unas veinte-treinta personas, recuerdo el nombre del pueblo, no lo diré. Tengo nueva tarifa para este tipo de eventos que aún no me había surgido el acudir a ninguno. Mi trabajo consistía en acompañar a un viudo al pueblo para intentar celar a la cuñada, vamos que la hermana le gustaba y le gusta bastante más que la muerta. Por lo que vi tras el cristal de la lápida, gemelas no eran.

Me hizo escoger los crisantemos más bonitos que encontrase en el cementerio de S. Isidro ahi en carabanchel y desde allí accedimos a la A-cinco. En el pueblo recordé a mi abuela, me acordé de Guillermo en un bar de loterías y pasó el tiempo más lento, pensé que nunca anochecería.
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Este, Jesús, había dejado el pueblo hace cinco años tras morir la muerta, en Madrid no vivía, pensando y pensando pasaba las horas y los meses pagando una hipoteca de tres cuartos de sueldo. En el pueblo tenía una casa de puta madre, con su huerto detrás y delante la plaza, toda ajardinada, preciosa. Atrás, la sierra, toda llena de pinos, llené mis pulmones. Vive la vida hecho un desgraciado y me mostré melosa.

Comimos en un bar, después fuimos a su casa y allí visiblemente nervioso me explicó que la cuñada y el marido pasarían a tomarse una copa, se apresuró a enumerarme una serie de cosas que yo debía saber, allí todo el mundo estaba muerto o le quedaba poco. No tenía vodka, me sirvieron una copita de anís. Estuvieron poco rato. No entiendo qué ha visto en esa mujer pero le cambia la cara si la tiene delante. Se marcharon y enseguida se fue al baño a mirarse en el espejo
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-¿cómo he estado? ¿crees que se lo ha creído? ¿la has visto mirarme, cómo me mira?

Al cabo de media hora, más relajado, juega con mi rodilla, dice que yo he estado muy bien y que incluso había imaginado que estaba conmigo y le gustaba, que ya que estábamos solos podíamos hacer más cosas. Hacía mucho tiempo que no follaba haciendo tanto ruido, se dejó hacer, me gustó cabalgarlo y que empuje con tanta fuerza, me hizo preguntas originales como si yo a todas las horas del día estaba cachonda o si era él que se ponía cachondo solo con verme, que me veía muy niña tambien dijo y que era como follarse a su sobrina y eso estaba mal pero a la vez le ponía mucho.
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Habló tanto que de nuevo comenzó a hablar de ella y del marido y de nosotros y del anís y comenzó a excitarse de nuevo y esta vez me la metió hablándome, que quería comprobar que estaba igual de caliente que antes, que había estado muy bien y había pensado en cosas, que él en Madrid estaba muy solo, que se ponía cachondo con verme y ver que puede follarme pagando, que le gusta mi culo -esto lo dice mientras me lo aprieta con ambas manos- reimos, esto no le hace frenarse, no, desliza un dedo a mi clítoris el cual localiza enseguida y ambos se gustan hasta el punto que alcancé lo que hacía ya quizás un año no me ocurría, un orgasmo con simple y dura penetración. Una vez comenzó a acariciarme yo toda era líquido.

Ha quedado en llamarme, y para que así sea en la parada de autobuses de madrid donde le despedí le engañé llevándomelo a los aseos y allí le hice una mamada como nunca en su vida, de gratis.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Tequila, sexo y marihuana

Entré un ratito hoy por aqui, hoy me aburro. Me he levantado nuevamente con dolor de cabeza y tarde, apagué el teléfono anoche y hoy no pienso moverme de casa. Es fiesta hoy es el día de los santos, me viene a dar igual pero hace frío y sigo esperando desde hace un par de días que el Marcelo venga a arreglarme la calefacción, no me apetece moverme.

Sigo pensando en la forma de enfocar este sitio y entré hace un ratito y resulta que me doy cuenta en el mapa este tan genial que hay alguien desde Tijuana que anduvo hoy por aqui, qué cosas. Y tardé solo unos minutos en encontrar la canción en el imeem, Wellcome to Tijuana, me gusta el manu chao, sí, he podido verlo en alguna ocasión aqui en madrid, creo recordar que fue en La Riviera.

Aprendí un par de cosas también aqui en el blog en las que no había reparado yo antes por lo que hoy vale más eso que aprendí que el tiempo perdido. Creo que cuando me llegue al pensamiento una cierta necesidad de escribir es entonces cuando me plantearé qué estoy haciendo con esto, de qué me sirve.

jueves, 1 de noviembre de 2007

En San Chinarro también beben vodka

Salí de hacerme la revisión médica cerca de las dieciocho.h. Olvidé el móvil en casa, cargando la batería, a mi regreso, varias llamadas perdidas. Al rato uno de los números llamó de nuevo. Dijo llamarse Angel, quería que me pasase por su casa, había organizado una pequeña fiesta, me explicó que estarían tres-cuatro amigos y otra chica y yo como invitadas, que querían follar al gusto y estaba dispuesto a pagarme por hora por encima del precio si dejaba abierta la posibilidad que me lo hicieran dos al mismo tiempo. Me mostré dubitativa de forma que le hice fijar un precio que me convenía, me dio la dirección y acordamos hora.

Vive en San Chinarro, no conocía esa zona, hace unos años ahi estaba el Corte Inglés y poco más, ubiqué la calle en internet. Llevaba el tiempo justo para ducharme, maquillarme y meterme en el metro. Así lo hice. Llevaba un vestido ceñido y corto y con bota alta de tacón de aguja tal y como me había pedido. Llegué con algo de retraso, ya estaban todos dentro. Angel me explicó al recibirme que sí, que tenían vodka pues eso era lo que bebía Mario. Otro de ellos, Rubén, era más guapo que los otros tres juntos, nos aprobamos mutuamente en las presentaciones. La chica era muy mona y no hablaba apenas nada.

Lo tenían todo muy organizado, supuse y después lo constaté con comentarios que no era la primera fiesta que montaban de este tipo. El salón era amplio, rectangular, con varios sillones amontonados contra la pared dejando solo el espacio y la alfombra. De la cadena de música en color plata salía chill out que Mario, el menos corpulento, se apresuró a decirme que el cd era de la india y una explicación que no recuerdo. De la cocina llegaba otra música distinta y desde mi sillón comprobé que también había una habitación accesible quedando la puerta semiabierta y una luz más rosada que se dejaba ver de su interior.

Me puse cómoda, todo quedaba a mano, el anfitrión colocó la cubitera en la mesa y todo el alcohol restante alrededor del cubo. Charlábamos unos con otros y ellos fueron adoptando posiciones de forma que Angel se retiró a la cocina atendiendo al teléfono pues era su novia según dijo antes de cogerlo, Mario no se separaba de mi ni el sin nombre de la rubia teñida. Por su parte, Rubén, desde su sillón apuraba su jb a la vez que se metía con el corte de pelo de Mario. Enredé con él por si se tratase de un reto a ver quién me entraba primero y definitivamente me gustó más el guapo a quien hice acompañarme la mirada hacia la luz rosada del dormitorio pero Mario no se me despegaba. El sin nombre no perdía el tiempo y ya tenía a la chica sometida, acorralada en el sofá, ya en las rodillas su tanga gris, explorándola.

Me incorporé, sacándome la chaqueta. Mario se puso en pie, conmigo, comenzando a jugar con mis tirantes, su mano recorriendo mi espalda, el primer beso, húmedo, caliente, apetecible. Cierro mis ojos, le sigo besando, oigo cerca el repiqueo de los hielos en el vaso, es Rubén que se acerca a nosotros parándose al paso a nuestro lado, y mientras Mario prueba mis pechos cogiéndolos con ambas manos él deja caer su dedo índice a lo largo de mi brazo haciendo que me voltee a mirarlo, me guiña un ojo, se mantiene ahi a nuestro lado un instante y se va andando hacia atrás buscando uno de los sofás, desabrochándose el pantalón.

Mario está ya caliente, me lleva una mano a su entrepierna constatándolo, me atrae hacia sí, me baja la cremallera del vestido, lo dejo caer al suelo hábilmente, me coge otra vez los pechos, me manosea, me chupa los dos, tira de ellos, los aviva. Me indica que me eche en la alfombra de espaldas dándome un cachete en el culo. La chica parece divertirse. Y mientras miro la corrida del sin nombre sobre la chica comienzo a sentirle, que entra, duro, firme. Mario se corre dentro de mi culo y siento que quiero que su amigo me la meta mirándome a la cara.

Al momento, Mario se retira dejándome un beso en mi hombro y tengo ya a Rubén al lado, me ayuda a incorporarme, y ya de pie junto a él se inclina sobre mi pecho mientras comprueba mi humedad, me lleva de la mano a la habitación, allí se echa sobre la cama y me sugiere que me coloque encima de él y todo lo que sucedió después ya sabía yo que me iba a gustar y así fue.

Tras el sexto-séptimo vodka de la noche sé que Angel me pidió que le hiciera una mamada, que lo hice y que después estuve un ratito en la cocina no se por qué y que cuando regresé al salón la chica había puesto la alfombra perdida de ron tras estar vomitando, sí recuerdo que el sin nombre la trató con cierto desprecio y que terminaron echándola tras discutirlo. Yo tuve más suerte, Mario que salía de madrid se ofreció a acercarme y me dejó sobre la una y media a un par de paradas de metro de casa.

No había ni un solo mensaje en el email y eso está muy bien y está muy mal, según como se mire. Son las cuatro.h y aqui estoy, pensando que quizá enfoque el blog de otra manera a partir de ahora [o bueno no, no sé]. Esto que vengo escribiendo desde el Comienzo hasta ahora quizá sea una contradicción [o bueno no, no sé] con mis principios de no grabar los números de teléfono de conocidos en el móvil o cambiar de número que también lo hago evitando contacto con ellos, que sea una contradicción con mi estabilidad que consiste en no tener a nadie cerca y aquí queda todo plasmado.

También pienso en que ¿qué vale más? ¿lo que pueda aprender de ello por escribirlo o la pérdida de tiempo que me supone escribir algo que jamás voy a volver a leer? porque es que no me interesa volver a ver a más de la mitad [o bueno sí, no sé]. Lo que realmente he estado haciendo para no pensar es aprender a dejar vínculos de estos.

martes, 30 de octubre de 2007

Cambio de cafetería

Ayer lunes estuve con Héctor en el hotelito del que me habló en Méndez Alvaro. Ya de noche cerrada me hizo salir al balcón, hacía frío, pero contemplar todo vallecas desde allí valía la pena. Hube de pasar allí la noche con él y terminamos esta mañana desayunando en la cafetería La Playa. Una vez dentro del bar me topé con los ojos interrogantes de Guillermo tras la barra.

Hay ratos en los que me siento muy puta y es un estado que no me desagrada, hoy me he encontrado así como nunca y No por anoche a pesar de que Héctor sigue renovado y me lo hizo muy rico una primera vez ya en el hotel y también me lo hizo bien durante la noche cargando de calificativos mis oídos pero Sí hoy mientras estábamos en la cafetería, la mano de Héctor buscando mi entrepierna y Guillermo ayudándole con los ojos.

Héctor me comentaba que me llamará un día de estos de nuevo y que anoche estuve gloriosa, que me ve una y otra vez cabalgándole. Ni este camarero ni ningún otro puede estropearme esta situación, voy a plantearle el cambiar de cafetería. Su difunta sigue sin dar señales de vida como muerta que está y esto me parece estupendo. Sigue en plan posesivo, me preguntó en repetidas ocasiones dónde me he metido estos días, aseguraba haberme llamado y lo se. Tras terminarse su café con leche se marchó para casa dejándome leyendo el periódico.

Antes de marcharme pasé al baño, al salir, me esperaba Guillermo, impidiéndome el paso

-necesito verte- sentenció serio y a la vez, apurado
-ya me estás viendo - le contesté divertida

No pareció hacerle gracia, le miré interrogante.

-¿tienes prisa?-

Negué con la cabeza. Miró alrededor.

Sonreí, se mantenía pegado a mi, me dio un pequeño mordisco en la barbilla y me hizo pasar de nuevo dentro. Desabrochó su pantalón cogiéndome la cintura, me susurró al oído cuánto tenía que pagarme, le hice callar. Volvió a sorprenderme la maestría con la que encuentra cómo apartarme el tanga, lo hizo, agachándose a su vez dándome pequeños lametazos, y con sus manos en mi pecho. Le incorporé quedando frente a frente uniendo las respiraciones.

-no me gusta pensar que vienes de hacértelo con ese tío, -¿siempre te deja satisfecha?-

-¿me vas a dejar satisfecha tú?-

Comencé a impacientarme, introducía su punta caliente y húmeda y la retiraba de nuevo con una frialdad que me martirizaba. Hizo esto repetidas veces, me molesté apartándolo y noté, mientras me hablaba de quedar otro día, cierto aire de chulería que no me agrada y se lo hice saber.
Al salir tuve la certeza de que su compañero sabía qué había estado pasando dentro y fue ahi cuando decidí en firme no volver por esa cafetería, solo queda decírselo a Héctor.

lunes, 29 de octubre de 2007

Hoy es diferente

Mi cita del viernes es una guarrería, estuve con una especie de pervertido con unos ojos preciosos. Hacía ya años que no me encontraba en un botellón, estuvimos en unos portales por la calle Fuencarral y terminamos moviéndonos por malasaña. Compraron una botella de vodka para mi sola, la cosa consistía en aparentar mi apareamiento con Jorge delante de sus supuestos amigos, a los diez minutos me di cuenta que me confundí al elegir esta cita, este no era más que un imbécil que vacilaba a los amigos de los polvos que no echa. Y ellos, que tampoco deben follar mucho, se lamentaban de su suerte y brindaban por la buena de su amigo. Toda una estampa, vamos. Y sus ojos, preciosos.
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Me metía mano en cada conversación, me lo hizo con los ojos varias veces a lo largo de la noche que en realidad no creo que fuese más allá de dos-tres horas, el vodka entraba y salía en su punto exacto de mi ebullición, en una de mis idas al baño se vino conmigo, aún debía entrar una chica, delante, reimos, no se de qué, se pegó a mi, y yo a la pared, me susurró que quería hacérmelo ya. Rei de nuevo. Apuré el vodka que llevaba, le sugerí me pidiera otro y volviera, me miró, miró la puerta del baño y volvió a mirarme, y salió sin decir más tropezándose con otra chica que justo entraba. Me giré hacia la chica que me precedía, le pregunté divertida,

-oye, ¿tú crees que este es virgen?

Me miró como quien mira a un loco.

-yo paso ... estás muy puesta-

Me giré al espejo, todo estaba bien, tenía la misma cara de zorra que siempre, de nuevo la volví,

-no lo sabes muy bien-

Cuando Jorge volvió con el vodka ella ya estaba dentro. Me hizo girarme con él y mirar ambos el espejo

-esta noche vamos a pasarlo bien ¿eh? -

Me acerqué al espejo con él y mirándolo le solté

-¿tú te has metido algo?

Me miró como quien mira la puesta de sol

-no me meto coca desde hace más de dos meses, estoy de puta pena pero hoy es diferente-

Me miré de nuevo en el espejo. Hoy es diferente: una paranoia. De pronto, la cara de la chica frente a mi, ya sale, vuelve a mirarme como quien mira a un loco y siento la lengua de Jorge en mi boca y su mano amenazando mi camisa, paso dentro sin desprenderme de él que me sigue encendido. Se ofrece muy caliente y me gusta, cierra, cojo su cinturón con ambas manos, lo desabrocho, se pega a la pared sin rozarme como entregado, mientras no deja en un solo momento de besarme, me sigue gustando, me deja hacer, él me tiene cogidos los pechos mordiéndome el labio y mirándome como quien mira una puesta de sol me dice

-déjame que te la meta-

Le beso y de nuevo me muerde y de nuevo le beso, se ayuda de una mano, no puede, de otra, tampoco, me sigue gustando, le ayudo, yo misma le llevo dentro, pero no, tiene la polla totalmente flácida enfundada en un condón que insistió en ponerse.

-no puedo ... no puedo ... es que he bebido mucho, por eso me pasa esto-

Le beso, le beso y se aprieta a mi y me muerde de nuevo. Seguimos tomando copas en otros sitios que ni recuerdo, nos despedimos de esa gente en el dos de mayo, seguimos andando, me dijo entonces que lo que realmente quería es que se la chupara, eso no estaba acordado, me hizo gracia

-hoy es diferente, hoy tocaba otra cosa- así mismo le solté

Y me miró muy así y entonces pensé que no me importaría encontrarme de nuevo con semejante imbécil pero tan simpático. No entiendo por qué un tío no reconoce que es virgen, me niego a creer que le pasase eso por haber bebido, me inclino a pensar que era virgen, o ese día era realmente diferente tal y como dijo y no me enteré de nada, pero hacía años que no estaba en un botellón y que no me mordían el labio de una forma tan así. Ayer domingo también estuve zorreando por el centro pero no me apetece nada escribir y tengo que depilarme.

sábado, 27 de octubre de 2007

La red

Hoy estuve pensando de nuevo en la posibilidad de coger clientes también a través del blog pero he vuelto a decidir que mejor no. La gente se obsesiona o tiende a obsesionarse con las cosas y aquí hablo demasiado, es mejor no entrar en eso o al menos por el momento, tiempo hay de sobra para cambiar de opinión o lo que haga falta.

Justo ayer, "anonimo"pues sabe que no es único en la vida, pidió contactar conmigo, dudé, pensé, volví a dudar y finalmente accedí dejando mi email visible, esto será menos molesto que los bombardeos al móvil y a la vez me cuesta trabajo comprender que hay gente que aun quedando frente a la pantalla, del otro lado, les de vergüenza hablar o decir, es así y es curioso.

También he visto que la gente escribe de unas cosas bien raras y que frente a la pantalla pasa el tiempo rápido, muy rápido y no me doy cuenta que son casi las seis y he quedado a las ocho y tengo que ducharme.

jueves, 25 de octubre de 2007

Cocktail

De mi cita en Atocha no me apetece escribir. Me requería para presentarme con él en un cocktail por ventas, se trataba del gerente de una inmobiliaria, debía mostrarme cariñosa con él y tratar de cerca a la directora de marketing. Trataron de cosas que ni recuerdo ni me interesan, me aburrí bastante, esa es la verdad.

Él, Eduardo, no me gustó. Les vende una vida estupenda en la que yo formo parte, a su lado, dejándome ante los demás como una estúpida sumisa. La directora de marketing le odia tanto o más que yo, está perdiendo el tiempo con ella, que se joda. Salimos pronto de allí, apenas ella se había marchado.

Me sugirió echar un polvo en el coche una vez llegamos a recogerlo, le indiqué que primero me pagase, sacó la cartera y contó el dinero, lo cogí, lo conté de nuevo y le devolví la parte correspondiente diciéndole que me largaba. No se lo podía creer, se negaba, me agarró el brazo, me solté bruscamente y sin decir más salí del coche dando un portazo. Puedo permitirme este tipo de cosas cuando se da el caso aunque fue ya lloviendo cuando recordé el abrigo del Corte Inglés aunque no me arrepiento.

lunes, 22 de octubre de 2007

Novela en el centro

aclaracion nº 7

Estuve el sábado en un barrio que apenas conozco, Argüelles. Me había citado a las dieciseis.h, llegué un ratito antes por lo que me metí en el corte inglés de la calle Princesa. Encontré un abrigo precioso, de cuero negro que he de conseguir de la forma que sea, es carísimo.

Había quedado con un tio que dice ser escritor, me explicó previamente por teléfono que para su novela necesita narrar un polvo con una chica de mi clase y que no optó por un club pues tiene cierto pudor y no quisiera encontrarse con algún conocido, yo no precisaba de indumentaria concreta y esto era un alivio, últimamente no soy Clara. Me recibió muy cortésmente en la puerta y me hizo pasar a una sala enorme en la que todo estaba como cabía esperar, muy desordenado. La gente que lee tiene el mundo en la cabeza. Me habló de lo adecuado de mis honorarios pues nadie está para perder el tiempo y me hizo firmar a su entrega un recibo que dijo entregaría a su editor para recobrarlo como gastos de investigación.

Mientras se acomodaba frente a mi en el único sillón de la sala me comunicó que la novela comenzaría cuando yo me quedase completamente desnuda. Yo le escuchaba atenta, fantaseé con mi educador del instituto al que me recordaba él por momentos, parecía el señor de la moral con su base y su fundamento.

Comencé a follármelo con los ojos mientras él divagaba sobre la conveniencia o no de que pasásemos a una habitación. En una ojeada contemplé lo señorial de la sala, me gustó mayormente el acabado del techo de escayola. No me resultaba del todo atractivo pero encontraba morbosa la situación, me hizo saber que no tuviera ningún reparo en aportarle ideas de parecerme conveniente, se levantó avanzando hasta una de las mesas y regresó con bolígrafo y carpeta. Se sentó de nuevo proponiéndome beber algo, al retirarse para ir a por los vasos sugirió que fuese quitándome la ropa. A su regreso yo estaba completamente desnuda en la misma silla en la que me había dejado. Me acercó mi vodka y retiré sutilmente una gota que resbaló del vaso a mi pecho de forma que tuve sus ojos en mi índice.

-A Gabriel esto que haces le da mucho juego - me espetó
-¿quien es Gabriel?
-el personaje de la novela, te acuestas con él, nunca ha estado con una de vosotras.
-¿y usted, usted ha estado?

Sabía de antemano que no. Al saber que él, como autor, no pensaba tomar parte me hizo interesarme aún más por él. Comentó lo precipitado de mi desnudez preguntándome el motivo a lo cual contesté que solo lo hacía así con los que me gustaban. Pidió me quedase en ropa interior. Eso hice. Me indagó acerca de cómo me percataba de la virginidad de un cliente si este no me decía nada al respecto, le expliqué gustosa y que esos para mi eran clientes especiales, que los trataba con mayor delicadeza pues despertaban en mi pena y ternura al mismo tiempo.

Me apliqué en explicarle las diferencias entre una puta y mi profesión y acto seguido tomó unas notas en completo silencio. Me habló de los riesgos existentes en cuanto a seguridad e integridad física y yo le relativizaba cada uno de sus apuntes con una soltura asombrosa. Me hizo hablar del spray que siempre llevo en el bolso, de mis cambios de nº de móvil, de mi indiferencia total ante según qué tipo de muerte, de mi reconocimiento como mujer estéril con tan solo quince años, de mi familia me negué a hablar, le indiqué que para el guión no creo que fuese imprescindible.

Se llegó a sentir algo incómodo después que me hizo enumerar de una forma no concreta las solicitudes de algunos clientes, pude notárselo y eso me gustaba mucho. Él no era capaz de concebir el verme envuelta en según qué situaciones. No comprendía, por ejemplo, el que dos2 amigos de esta ciudad opten con cierta frecuencia por contratarme, decía encontrar más lógico el que cada uno de ellos pasase la noche con dos chicas, tuve que pasar a hablarle de variopintas fantasías, tema que le hizo levantarse y traer más alcohol y sacarse la americana tirándola sobre la mesa. Me preguntó sobre mis sentimientos cuando el cliente me resultase repulsivo contestándole con otra pregunta

-¿acaso crees que me acuesto con cualquiera? hay quien se chupa ocho horas diarias en una oficina o catorce sirviendo copas a unos sesenta hijos de puta que no quieren ligar con ellas y yo me chupo dos pollas en una tarde y gano más que ellas en veinte días, a mi no me folla nadie que yo no quiera, soy la jefa de todo esto.-

Y entonces dijo cosas preciosas del amor y del mismo deseo. Me hizo sacarme el tanguita, pidió que me masturbara y le fuese diciendo lo que pensara, en voz alta. Fue entonces cuando le pedí que soltara su carpeta despacio, muy despacio sobre la mesa y que bebiera el resto de whisky de su copa, que me ponía muy caliente el verle tan frío conmigo, que quisiera arrancarle la camisa y que me mordiera la barbilla. Comencé de este modo a mojarme mientras seguía haciéndome un solo espléndido y tenía de nuevo sus ojos en mi índice el cual me llevé a la boca.

Había salido todo perfecto, me lo había puesto fácil y ahí le tenía delante de mi sacándose el pantalón con sus ojos fijos en mi, que le esperaba. Ya desnudo bebió a tragos el resto de su whisky y comenzó a pajearse al mismo tiempo. A mi me tenía totalmente empapada. Se me acercó y ambos fuimos intercambiando jadeos hasta que él se retiró llenando la alfombra de lefa. Es de los que se rinden en un primer asalto.

Salí de alli completamente aturdida y medio borracha también, me fui en metro al Bar la Playa en busca de Guillermo pero no lo encontré, tenía el día libre. Apagué el móvil y al llegar a casa me hice otro dedo en la ducha pensando en qué me encontraré mañana que he quedado con alguien en una parada de autobús en la calle Santa María de la Cabeza, pegadito con Atocha.

sábado, 20 de octubre de 2007

con Erre

El otro día se me ocurrió hacer aquí y ya lo hice un apartado en el menú con vínculos de las personas que son o han sido una constante en mis idas y venidas, dejando de este modo registro de su procedencia para conmigo. De ser así las cosas, no cabe otra alternativa que hacer un espacio a la persona pseudónima, ya para siempre, Renfield.

El caso es que no tenía yo pensado conocer a nadie por aquí pero creo que como gato que es, llega, y si le gusta, se queda. Y vino para quedarse. Y al quedarse se le debe hacer su propio espacio, que es este, vinculando mis menciones posteriores de él hacia esta entrada, que dejo justo aquí pues compruebo que fue en estas fechas cuando se hizo presente, octubre.

Espero que si falto Renfield por sí solo sea capaz de hacerle decir a yahoo que me he muerto, o al mismísimo google, supongo que algún rato me echaría de menos, los gatos tienen memoria, tú tiras un gato desde una altura considerable, lo tiras abajo y el gato antes de caer ya le dio tiempo de un respingo a caer, de uñas, clavándolas en el asfalto, saben mucho los gatos. Tiene la Re en clave universal, así ve el mundo, y tan pronto está en un sitio como en otro, no sé. El caso es que una relación con un pseudónimo está muy bien, por el momento no llegamos a las manos.

Se me complica el escribir de alguien a sabiendas que luego puede leerlo, no quiero movidas, pero tengo que decir que desde el principio me gustaron sus formas, siendo esto un eufemismo, me río mucho, me ha dejado extractos por aquí y por allí por lo que es probable que le evoque o recurra a él (antes he comprobado que ya le hice mención anteriormente) como Gente que es ya. Puede también que como activo del movimiento que es prefiera que se le vincule, Clara mediante, a su propio espacio aquí en la red, cosa que ahora públicamente acepto si así lo pide y aquí queda dicho.

Con frecuencia, esto de entrar aquí al blog viene a significar pasar un rato con Renfield y entonces pueden ocurrir cosas como por ejemplo hace unos días, el hachís se lleva lo nítido pero recuerdo que Jesús llegó muy puntual y yo justo terminaba de escribir aquí, él entró al salón preguntándome amigable qué estaba haciendo y yo cambié de pantalla y me puse a jugar con la flechita del ratón entre la página principal de El País porque aún no sé si le pone cachondo o celoso el imaginarme con otros, y con quien yo estaba era con Renfield. El caso es que me aburro y me paso un par de horas aquí casi todos los días y por coherencia Renfield se me presenta persona y también por esto debía incluirle ya que viene siendo parte de mis días.


En qué zorreas