martes, 15 de julio de 2008

>> No te digo trigo por no llamarte rodrigo

He conocido a un tipo estupendo que me hizo sentirme agusto en todo momento y esto no es fácil de conseguir. Siempre cuando me cruzo con alguien así me entran ganas de no ser puta de verdad. Quedamos a las ocho en Serrano y cuando llegué -a la hora medida- vi que tenía cara de llevar esperando desde menos diez pero no dijo nada.

Cuando hablé con él por teléfono ya comprobé que sería un absurdo inofensivo, supe que merecía la pena por esta tendencia mía en ver la gracia de los tímidos. Ajustó el precio antes de contarme que se llama Alfonso y por la forma en que lo hizo y cómo hizo su descripción supe también que se trataba de una cita apurada y esta clase de encuentros me dan buen rollo.

No hace mucho tiempo, W. Somerset me hizo ponerme seria un momento, me habló de las carencias de quien me contrata, del sexo que no es tal sino ese desfogue en esta mierda de vida, de mi altanería o no sé cómo decir al mostrarme como me muestro al narrar, me habló y muy bien hablado por cierto de lo jodido que es vivir, de esa cara. Pues bien, eso es algo que es así, como la vida misma y la carencia de Alfonso o su búsqueda sería la que fuera pero yo era la que estaba sentada en ese café y la que vio aparecer el deseo en sus ojos. Eso no era otra cosa que no fuese deseo.

Veníamos hablando que a las nueve cenaríamos con su hermana y el marido de esta y no hacía más que resoplar y mirar por la cristalera el exterior. El aire acondicionado apuesto a que funcionaba correctamente pero por tres veces me indicó que tenía calor. Al momento se marchó al baño y llevaba las orejas al rojo vivo, me hizo gracia y definitivamente me gustó. A su regreso fue cuando -tras observarme charlar con el camarero- me miró de esa forma tan así que me hizo pensar en que quizá estuviese pensándose el reajustar el precio. A mi me mira así un pervertido cualquiera y en cinco minutos estoy ya en la boca del metro más cercano pero este era raro de cojones y me apetecía enredar.

Le hablo a continuación yo no sé de qué y en un momento dado me interrumpe y va y me dice

-perdona pero no te estaba escuchando-

le miro con guasa porque eso no me pasa jamás y cuando le voy a decir algo al respecto veo que además de las orejas se le encienden también las mejillas y entonces giro mi pensamiento y le pregunto

-ah, vaya ¿y en qué estabas pensando entonces?-

vuelve a resoplar y yo no dejo de mirarle esperando contestación, divertida, pero él bebe de su vaso haciendo tiempo. Yo insisto

-si mientes además de rojo te empezarás a poner verde-

sonríe hacia un lado sin mirarme la cara y doblando una servilleta me dice

-pensaba [remueve el cenicero, izquierda, derecha] ... pensaba en de qué color tendrás las bragas-

y yo pensé que era broma pero no.

-no me gusta mentir -se justificó- pensaba justo eso y si te miento entonces se me notaría en la cara y me sentiría estúpido, incluso más que ahora-

No sé al resto de la humanidad pero a mi me resultó adorable.

-a mi tampoco me gusta mentir, no llevo bragas-

De nuevo parece echar en falta el aire acondicionado

-no sé si se me nota en la cara que lo que llevo es un tanga- continúo
-negro-
-ya no te digo más sin cobrarlo, ya digo que yo no miento-

No hubo tiempo para más ya que mientras hacía amagos de sostenerme la mirada se presentó su familia, le subieron un par de grados más a las mejillas y procedió a las presentaciones. No cabía duda que era su hermana, seguro. Hablamos mientras todos cenábamos de unas cosas y de otras y de nada en general. Particularmente se habló de trabajo y de vacaciones y de irpf y de trabajo y de horas extras y también de trabajo. De sexo nadie dijo una palabra aunque a Alfonso por momentos le sobraba la ropa.

Sumamente retraído que lo que no sé es cómo se atrevió a pedirme trabajarlo, me reí de sus cosas más de una vez, continuamente apurado y eso que la conversación era de lo más protocolaria e intrascendente y yo me limité a hablar de mi todo aquello que socialmente se acepta y se espera de una tipa que le gusten hombrecitos así. Por lo que pude apreciar maneja dinero con solvencia a pesar de su cara de pánfilo, y a veces en lo que decía parecía un niño y pude moverme muy agusto ahi.

Pero follar no follamos. Volverá a llamarme y con sus repeticiones entiendo que será cierto pero no ha habido sexo de ningún tipo. A mi me es agradable y me da lástima a partes iguales, me gusta que haya gente así, fueron un par de horas muy majas. Es como cuando a veces me da por inventarme que yo no soy puta y entonces me invento por ahi otra vida en plan pardilla a ver qué tal es la sensación, y busco con ello el hacer ver que la vida no es tan jodida como parece y esto es también lo que procuro transmitir cuando se me presentan citas de este tipo, como que me apetece decirles justo aquello que quieren escuchar. Las reacciones de los lectores, cuando hago eso y me invento otra vida son muy dispares, hay de todo un poco, razón de más para que tan solo me haya mostrado -sin guardarme- con dos personas: Mikel y W. Somerset. Y bueno, este, Alfonso, ya veré si me llama si se lo cojo o no. Según.

[todo esto creo que viene a ser aclaración nº 16, volviendo la forma a hacer acto de presencia]

6 comentarios:

brujito dijo...

Y yo que pensaba que por fin te habian dejado bien agustito...

Tampoco esta mal eso de tener vida social no solo gratis sino ademas pagada.

Clara dijo...

Qué simpático estás tú ultimamente, me alegro.

Anónimo dijo...

Considero que ha sido una de las mejores entradas o almenos una en la que hemos conocido mas cosas de clara.

Saludso

Clara dijo...

Yo considero que hay otras "entradas" en las que he hablado más de mi que en esta... no sé.

Anónimo dijo...

La adorable criatura que maneja dinero con solvencia es un santo o un pervertido. Como no quiso follar para presentarte a su hermana con irpf.
Me imagino la situación y me dan ganas de ser una zorra con clase.

Anónimo dijo...

He leído por ahí que ahora existe cirugía para "corregir" el enrojecimiento.

Lo cual encuentro una idiotez, porque no hay cosa más bonita que la gente que se sonroja y exterioriza sus emociones. Y las orejas rojas y calientes son así como unas asas para coger con las manos...

Sepas que el enrojecimiento no es el único aviso de que alguien miente. Hay quienes bajo una mínima tensión sufren de un tic múscular diminuto pero puñetero. Normalmente en el párpado de un ojo, o en el labio superior.

El proper dia t'explicaré quines mentides provoquen que es dispari l'un o l'altre.


En qué zorreas