martes, 29 de enero de 2008

Arriba, abajo, al centro y para dentro

Ayer anduve en Segovia y allí para tener el acueducto que hicieron los romanos por el año cero o así y tener poco más la verdad es que lo tienen todo muy bien vendido. Fui montada en un megane coupé de esos deportivos, gris, con un normal y corriente, al bautizo de su sobrino. Paramos a echar gasolina antes de llegar a los Angeles de San Rafael y me compró unos donuts en plan novio atento y me hizo gracia.

Allí se encontraba a la puerta de la iglesia media espanya, me gustó hablar con una tía de este que se llama Borja, la mujer es gaditana y se me escapaba la risa con sus expresiones. Nos sentamos justo en esa mesa, comimos muy bien y bebimos mejor. Yo me la pasé comentándole a este que allí estábamos todos aparentando, muy castellanos todos pero que la única que era feliz era a la que más le daba el sol, la tía. Pienso que de tener la señora veinte años menos se folla a los camareros. Y el rioja, espléndido también. Al servirnos la segunda botella Borja me pidió moderación a lo cual su tía le hizo un juego de palabras.

Le noté quizá algo nervioso o no sé al tratar con unas amigas de su hermana aunque ya después en el coche dijera por su propia cuenta que no sentía nada por ninguna. Me contó también una leyenda del alcázar que seguro que el ciego contaría cien veces mejor con los ojos cerrados. Simpático el muchacho, me anduvo contando que terminó la carrera, económicas, y se fue a madrid y flipó y ni tiene pareja ni lo pretende, asegura que le da cierta vergüenza contarme pero que él no sabe lo que es una negativa, dice que no quiere a ninguna, que todo le va bien así y yo no le creo pero a mi que más me dará si tiene su mano avanzando mi pierna y el tacto de su también otra mano buscándome la cintura y me gusta y el rioja también.

Lo que no había imaginado solo así por su apariencia es que tuviese los gustos tan raros. Una vez en el coche no sabía dónde llevarme, entramos a la zona antigua y no sé cómo hizo que de pronto estábamos cuesta arriba y con un coche de frente y ambos maldiciéndose haciendo aspavientos y no tuvo más remedio que dar marcha atrás y dejarle hueco al otro y ya cuando aquel consiguió pasar mientras seguía gritándonos este me dijo que tenía intención de aparcar en el alcázar o lo que fuera aquello porque había un momento en que se subía arriba del todo y hacía terraza y quería conmigo lo que fuera pero allí arriba.

Conseguimos entrar al rato y todo muy feo, no sé, aposentos de unos y de otros y una armadura de esas que acojona porque una se piensa que hay un tipo dentro y lleva espada. Le hice saber este pensamiento y mientras el típico de gafas de nuestro grupo no me quitaba la vista de encima Borja me comía la boca y me dijo que ya faltaba poco para llegar arriba. Lo que no me dijo es que para acceder había una escalera de caracol estrecha y bien jodida y parecía que no llegabas nunca. Otro del grupo, más majete, me subió contando que tengo que ir a la giralda de Sevilla por no se qué, luego buscaré en el gugel a ver qué clase de escalones son aquellos. Y llegamos arriba y allí se respiraba más y mejor y una vez juntitos todos quedamos pendientes del guía que seguía sus explicaciones, todos menos Borja que tenía su interés en los corchetes de mi sujetador.

La gente, al momento, pareciera que no había visto una azotea en su vida y yo seguí al Borja hacia el rincón y allí de nuevo me comió la boca mientras yo miraba Segovia abajo y me mordió el cuello buscando mi pecho con su mano bajo mi jersey, me dio la vuelta pegándose a mi espalda y retirándome el pelo del cuello me dijo que tenía loco al de gafas, le busqué y sí, no dejaba de observarnos. Borja se frotó contra mi y me indicó que ya podíamos bajar que estaba lo suficientemente cachondo y así le gustaba más.

Bajando esas putas escaleras me agarró de nuevo de un pecho y en la ventanita donde se sentaba no se quién ya le tenía con la mano recorriéndome el culo. No había aparcado lejos por lo que me fue metiendo mano todo el trayecto. Me hizo pasar detrás y él tras de mi y bajó los seguros y mientras se tiró de nuevo a mi boca dijo algo de la niebla y estaba totalmente empalmado, me lo hizo saber, tenía cierta prisa por metérmela y a mi en esas escaleras se me fue el rioja que quedaba y tampoco estaba suficientemente lubricada por lo que no lo disfruté en absoluto, me dejé hacer y en unos cuantos empujones ya se había corrido.
La vuelta a madrid también más bien aburrida, menos mal que no queda muy lejos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El ultimo post si, muuy diferente a lo que hay por ahi clara, sugerente, excitante y bien narrado, parece que cualquiera q lo lea podria ser el de gafas¡¡¡jaja, veo que a parte conoces mucha gente y sitios en tu trabajo, lo de disfrutar en el ya es otro tema,ya se,por anteriores posts, que no siempre lo consigues. Yo no lo hago casi nunca en el mio, solo cuando entro en tu blog.un besazo
Lo del partido en chino tiene que ser muy raro no?
Bilbo

Clara dijo...

Lo ven a través del eurosport pero en retransmisión china y joder que sí es raro, no se entiende una mierda, pero es gratis y ya me es conocido.

Pepe dijo...

Me gusta como relatas tu vida...XD
Mu bien construido haha

abrazosss

_::Sergio::_

variopaint dijo...

Perfecto el relato segoviano, aunque el año cero no exista (gran paradoja).. me imagino que eso te importa un pimiento, exactamente igual que al Acueducto.

Besos


En qué zorreas