Bella ciao

La nevera no solo escupe agua ya como hasta ahora si no que además hace ruiditos extraños y como no sé a qué es debido y lleva así un par de días con ese escándalo decidí ayer llamar a Marcelo y se ha pasado por aquí esta mediodía.
.
Arregló la calefacción y en cuanto a la nevera me ha explicado que se ha desprendido no se qué del motor, que me conseguirá la pieza y me la acerca cuando la tenga, que de no cambiar eso tendría que comprar otra nevera nueva.
Sigue estando igual de solo que antes, su mujer no deja de coger kilos y él desilusiones pero hoy no me encontraba yo bien, tengo una resaca de fin de siglo, anoche me bebí lo que no está escrito. .
Acompañaba a un comercial de una firma italiana de moda exclusiva que no me apetece nombrar. Él, Eduardo, se mostró en todo momento muy feliz en su papel de novio emparejado y por tres veces tuvo que explicar a los compañeros que qué lástima no haberme llevado al viaje a Amsterdam hace un par de semanas. Y es que yo, según él, que no soy Clara que soy Sonia, trabajo en una boutique de A Coruña y estoy siempre yendo y viniendo. Casualmente no conozco Galicia así que poco pude decir de mi tierra.
.
La gente exclusiva también tiene exclusivo el gusto y el trato para con las personas y me pregunto cuántas de las que allí estábamos habremos asistido cobrando. Eso de que en la moda haya mucho gay no sé si será cierto o no, lo que está claro es que hay mucho hijo de puta. Uno de los comerciales me cayó simpático, me lo presentó Eduardo y lo primero que me preguntó tras darme dos besos es que cuánto me había pagado por acompañarlo, le contesté la verdad -para qué mentir-, que aún no habíamos ajustado precio, que todo dependía de las horas que quedasen por delante. Reimos los tres porque en estos eventos todo consiste en sonreir y enseñar los dientes.
Todo era muy in y esa gente huele muy bien pero beber beben mataratas y me he levantado que pensé me estallaba la cabeza al llegar Marcelo y tocar el timbre.