Así da gusto

Este nuevo año ha comenzado bastante decente, de hecho hacía ya un tiempo que no follaba tan bien, se llama Pablo y vive en Boadilla del Monte aunque no vive tan bien como Jose Luis Moreno, a quien por cierto partieron la cara el otro día por feo. He utilizado por primera vez el metro ligero ese cortesía de Gallardón, su casa no quedaba lejos y cuando llegué él ya llevaba por lo visto un rato largo bebiendo, y es vodkiano como yo.

Me contrató por dos horas ni más ni menos y me indicó al llegar que mejor hablásemos un rato cuando en realidad lo que tenía era cierta necesidad por justificar mi visita, después me hizo desnudarme de a poco mientras él se limitó a observarme y una vez desnuda me invitó a sentarme sobre él en el sofá y ayudarle a desnudarse, así lo hice y mientras con una mano jugaba con mi pelo explicándome a su vez yo no sé por qué las excelencias de vivir en la periferia con la otra mano se ayudó para metérmela. Y yo, húmeda, le estaba esperando y fui acompañando mi movimiento invitándole a callarse y una vez callado me sostuvo por la cintura marcándome el ritmo con más y más fuerza y mientras con una mano alternaba mi pecho y mi boca y me hacía chuparle los dedos -primero el índice que después llevó a mi culo introduciéndolo sin frenar mientras en su empuje y después lo mismo con el corazón-. Y me gustó.

Después al terminar, que no yo, me estuvo diciendo tonterías, y maldijo a la navidad, a los reyes magos y a Esperanza Aguirre aunque no tenga que ver una cosa con la otra. Y me gustó también y transcurridas dos horas exactas ya estaba yo en la calle encendiéndome un cigarro. Así da gusto.