miércoles, 9 de abril de 2008

>> Por la boca muere el pez

Hacía ya mucho tiempo que no comía marisco y ayer estuve en los alrededores de Plaza Castilla comiendo una mariscada estupenda. Atendíamos allí a la prejubilación de un compañero de trabajo de Marcos, que es asesor de no sé qué, lo único que yo debía memorizar es que él me hacía también a mi la declaración de la renta.

Todos encantados conmigo que estaban deseando conocerme y a otro de los acompañantes también, este con unos ojos zapateros azules que daba gusto verle y toda la mesa le miraba. Su pareja era la secretaria de turno que no cobrará nunca los dos mil euros que seguramente cobrará Marcos de sobra para pagarme a mi mariscadas. Me pregunté durante toda la comida qué verá con esos ojos, realmente un azul magnífico.

Con el que pasa a la tercera edad apenas traté, no supe de qué hablarle y me entretuve entre los problemas con el rizador de la rubia de mi lado y la mano de Marcos subiendo por mi pierna izquierda. Cuando se empieza a animar la cosa ya quedamos solo ocho, cada cual con su pareja y a mi me pinta en copas y pido que me hagan llegar otro vodka mientras apruebo junto a la rubia que nos vayamos a una sala que no queda lejos a tomar unas copas.

Mientras nos vamos incorporando para marcharnos y demás Marcos me dice al oído mordiéndome el lóbulo de la oreja que si quiero ponerme un tiro el que está a su lado -hijo de jefe- tiene y va a hacer unas rayas, que ahora se van para el baño y me la dejan hecha. aclaración 6 - 2ª. Allí sigue cuando paso a recogerla pero el menda cuando regreso a la mesa se está quejando seguidamente a Marcos porque quien sea pasó primero y le tiró la que tenía preparada y ambos miran al abuelo que se come con los ojos las tetas de la rubia pero los suyos no son como los azules de este otro que se me acerca ahi para pedirme fuego y darme por vez primera conversación en toda la tarde.

Llegamos enseguida y Marcos sin separarse de mi ni un instante me hace pasar primeramente a los baños y allí me paga mientras me aprieta contra él y me dice que no nos iremos de ese sitio sin echar un polvo pero que antes quiere salir y tomarnos unas copas con los demás, que le tengo cachondo perdido sin haberle hecho aún nada pero que eso es así desde que me observó trabajando una cigala.

Salimos de los baños y nos incorporamos al resto aunque no pasan ni cinco minutos y le tengo de nuevo comiéndome la oreja, esta vez preguntándome cómo tengo pensado que lo hagamos y dónde va a ser. Estuvimos un rato ahí enredando porque yo pretendía beber más y gratis y él me iba contando tonterías con tal de tocarme, me preguntó cosas como que si me había fijado en que la administrativo novia de esos ojos tenía cara de pecera y también que cuántas gambas me había comido y revisándome una vez más me vino con la cantinela de que en el anuncio de mastercard tenía que salir yo antes que la tarjeta porque entonces el anuncio quedaría más claro y que yo soy Clara y él es Marcos y yo no sé qué tonterías más pero que en cuestión de minutos y otra copa me arrastró hasta los baños de nuevo.

Al llegar no sé quién de los dos tendría más ganas de follar pero yo en unos segundos tenía ya el tanga en los tobillos y él en otros dos ya se la había sacado y ya había tomado asiento invitándome a hacer lo propio encima suyo. Y me recibió con ansia y me la metió en un suspiro y le monté justo como pretendía, teniéndole acorralado prácticamente impidiéndole moverse. Y le gustaba y a mi también y se limitó a jadearme a la vez que me mordía el cuello y a taparme la boca en un intento de escuchar porque la que había entrado al baño era una compañera suya que hablaba con otra de cuando llegase a casa y se quitase el maquillaje.

La situación en la que nos encontrábamos encerrados en uno de los baños con sus compañeras conversando fuera pareció darle mucho morbo y comenzó a acelerar el ritmo siguiendo tapando mi boca porque me daba la risa y cuanto más quería yo reirme más cara de mosqueo me ponía y más fuerte me empujaba. Al rato él ya se había corrido y a mi se me había quitado la risa: le olía la mano a pescado, a marisco.

Vine ya tarde pero el día resultó de lo más productivo, llegué derecha a la cama. He hablado con Héctor hace un rato, que como estamos ya en abril quiere verme, he quedado en pasarme a verlo la semana que viene, es probable que esté muy ansioso como el Marcos este que con dos tonterías estaba ya empalmado pero qué suerte, la verdad, porque con una ilusión hacen vida. No me extrañaría, por otra parte, que a este también le gustase su compañera de trabajo, no importa pero eso sí, yo tengo una intuición fuera de toda duda: he de aclararlo.


lunes, 7 de abril de 2008

>> Partiendo de la base de no follar con cualquiera

Ayer estuve en la entrevista pero no me apetece ni escribirlo pues pensé que podría ser interesante o resultar divertido pero no fue de ninguna de estas maneras. Pues bien, estuve ahí por la calle O'Donnell a la altura de Lope de Rueda y por ahí hay unos pisos que pueden pasar por mansiones, un portal con su lámpara y su conserje metido dentro de la garita, todo muy señorial.

Subí al tercero pensando que en la casa estaría el típico feo con bigote y cara de yo voto a rajoy y cuando salí al pasillo me di cuenta que allí todo el tercero es tercero izquierda pero que según quien seas así entras. Si eres regular o chunga como parece ser mi caso entras por la puerta B que le debió dar vergüenza por teléfono decirme que era la de servicio.

Quien salió a recibirme era un chaval de mi edad o así y lo primero que hizo el muy cretino es pedirme disculpas por la puerta por la que entré. Me hace pasar a lo que parece ser un despacho o no sé pero a mi de entrada no me gustan esas formas de yo soy quien así que me mantengo algo hermética y le sigo dentro y tomo asiento. Me repite lo que ya me explicó por teléfono, que quiere someterme a una entrevista y lo que surja.

Y lo que surgió es mi mala hostia, de entrada por la puerta de servicio y no me estaba permitido fumar, lo que podría beber sería ponche, incluso arcadas me dan de recordar la idea y es un hombre muy frío y comenzó a joderme con su discurso y un poco con sus preguntas de por qué no me busco un trabajo bajo sistema de seguridad que llaman social y de ese modo me garantizo una pensión y cosas de estas que me provocan cierta depresión por lo que en un momento dado ya le dije que la única garantía que podíamos tener es la de que no pensaba acostarme con él con semejantes pensamientos.

Me explicó y replicó que su tesis narra la historia antropológica de yo qué sé qué vidas y no. No porque no, yo por mi parte lo tengo claro, aquí que cada uno haga lo que quiera o bien pueda, ayer morirían unos cuantos entre unas cosas y otras y los que vivimos del vicio que nos dejen en paz lo que duremos que para eso estamos y no para ser el más rico del cementerio.

Me habló también de objetividad pero toda su insistencia era hablarme del sistema y ya le dije que yo voté porque me dio la gana pero que yo entro y salgo del sistema cuantas veces quiera y me apetezca, que a mi que no me venga hablando de estadísticas. aclaración nº 14 - 1ª. Porque, un ejemplo, las estadísticas te dicen que si yo eché dos polvos anoche y él ninguno estadísticamente los dos follamos anoche pero eso es mentira, se supone que tocamos a un polvo pero eso, se supone, porque tocar no me tocó ni un pelo, para estadística mi 100% de garantía, ya le dije.

Nada, que es alguien que va de progre y no llega a pardillo, él, con tanto codo en bibliotecas como tiene debería saber que en toda matemática se parte de una base y esa base puede ser clara o difusa y la mía es la que es y punto. De hecho, me vuelvo prácticamente frígida ante gente tan hipócrita y tan estirada como este tipo, me entran ganas de muchas cosas, de todas menos de follármelo, muy triste.

Sé que a pesar de que el sábado lo disfruté bastante me presenté a esta cita con el ego algo tocado, de ahi que no estuviésemos de acuerdo en nada, como que yo también me mantuve muy a la defensiva, no sé. Siempre he hecho lo que me ha dado la gana, me jode que me lleven la contraria y lo que no le solté al guapo se lo escupí a este estirado, esto es así, pero qué más da, el caso es que se folla mucho y mal y a veces es mejor no follar y este era uno de esos casos.

Yo pienso que el sistema este que hay montado tiene a veces unos plenos al quince de la hostia pero por lo demás te jode, al sistema le importas una mierda, ya lo había antes de que llegásemos y nos iremos y a tomar por culo, el sistema seguirá, y que los feos no follen tanto como quisieran pues está mal, forme o no forme parte del sistema, pero eso de que haya guapos que no follen eso no tiene perdón de dios y a la vez se sale de toda estadística. De esto no hablé en la entrevista pero era lo que realmente llevaba yo en mi cabeza.


domingo, 6 de abril de 2008

>> La repolla

[ convendría leer antes En Villaviciosa tenía que ser ]

aclaración nº 7

La polla del año y yo hemos vuelto a degustarnos mutuamente, estaba deseando de nuevo encontrarse conmigo y yo con ella. Este, Eugenio, nos dejó solas prácticamente todo el tiempo, una gozada, he vuelto hace un rato en el metro.

La verdad es que estoy de suerte, podría estar casada y bien casada haciendo hijos por ahí y no, pasó unas horas conmigo. Estuvimos en casa de su madre un buen rato, la mujer pesadísima con que no venda ahora el piso y no se qué, de alli nos fuimos en taxi a su casa y en el camino ya me dijo que me la llevara a la boca.

Yo por ella hago lo que haga falta hacer y así lo hice ante la mirada rara del taxista aunque no sé de qué se extraña, él en mi lugar seguro que haría lo mismo. Nada más entrar al ascensor pulsa el número y pegándose a mi con ella me dice sonriendo que no me imagino las veces que nos piensa ahí a los tres subiendo a su piso, y me cuenta que va y viene a su casa cuatro veces al día y yo me río con ella y pulso de nuevo al bajo para tardar más en llegar.
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El ascensor para nosotras tiene algo que no tiene su casa, puedo verla por dos veces, una en vivo y otra a través del espejo. Desde aquí mi más profundo agradecimiento a Otis Ascensores. Cuando subimos esta vez no la importa que la vean en el descansillo, estaba todo más que pensado, abre al primer intento la puerta con su llave y pasamos. Me quiere contra la pared del pasillo y allí me tiene.
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Juega conmigo muy guarramente al rato en la mesa del salón, no se decide por qué camino entrarme y él por su parte pone interés en participar también y viene un momento con su lengua a acabar de decidirlo, me invita a voltearme y de este modo me deja sola con ella abrazando mesa.
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Ella justamente ahí se siente cómoda y yo la recibo encantada así que las dos tan felices aunque hoy apenas tengo tiempo de pensar en ella, tengo cosas que hacer y algo de prisa, he quedado para mañana a mediodía, me van a pagar por una especie de entrevista o algo así y si nos apetece echamos un polvo, esto no lo hemos cerrado en precio, ahora en un rato me meto en la cama.


jueves, 3 de abril de 2008

>> A la orilla del río

Iban a dar las ocho y veinte cuando se presentó este hombre, Germán, con veinte minutos de retraso, barba de siete días y un acento de Murcia por lo menos, y luego no, dice que es de un pueblo de Badajoz. Un tipo de lo más extraño pero a la vez divertido sin darse cuenta.

Quedamos que me recogía en la esquina del burguer en Virgen del Puerto y bajamos andando un par de calles, me contó algo raro que después no supo explicarme, dijo que esas manzanas de edificios se entregaron todas a militares por yo no sé qué, tardó en hablarme de él como si a mi me importase algo a cuanto de lejos le quede el mercado.

Al llegar a su casa sí me di cuenta que no viven mal por allí, son casas amplias, en la calle todo lo llenó Gallardón de estacionamiento de pago, residentes, y lo pintan de verde para daltónicos y el caso es que no han prendido fuego a las máquinas de recetas ni nada como en Carabanchel por ejemplo, estos pagan y se callan, no sé, un barrio soso pero este hombre tenía su gracia.

Me contó que se habían manifestado en su día una docena de ecologistas frente al paseo de La Riviera para tratar de impedir que talasen los árboles ampliando carriles y opinaba que eran todos ellos unos piojosos, dijo,

-porque si tanto quieren la naturaleza que no coman más que col o se dediquen a hacer montones de estiércol-

Cuando llegamos al portal mientras abre me cuenta que le da mucho morbo follar en su casa, así, de esta manera, que no ha ido a un club en su puta vida en busca de chicas, que tiene un hijo de diecinueve años que se pone de coca hasta los ojos y que él de seguir así toda la vida tal y como vive una tarde de estas se tira por la ventana o cruza los pirineos. A mi me hace reir y al reirme se pone cachondo y en el ascensor me dice burradas de estas sobándome el pecho, respirándome con prisas.

Mientras me va sacando el tanga ya en su cama me está contando su ir y venir, que su mujer se llama Esperanza y que los condones no sabe por qué motivo pero no se los puede colocar y ya le tienen hasta la polla y que es ponerse a hacérselo a la mujer y se le hinchan los huevos de intentarlo y cualquier día lo manda todo a tomar por culo, y nada, barbaridades semejantes todo el rato y yo solamente reir y así.

Cuando termina el misionero y hace un momento que se ha corrido me pregunta pletórico si me ha gustado y sinceramente después de lo que me había reído me dio cierta lástima decirle lo que realmente pienso, que se le va la fuerza por la boca, por lo tanto le dije a todo que sí, no quisiera ser yo el desencadenante que le haga tirarse por la ventana.


martes, 1 de abril de 2008

>> Ver para creer

El ciego , Ernesto, no veía el momento de levantar el teléfono y llamarme, el hijo de puta, ha tardado más de dos semanas. Pero lo ha hecho, y yo también, es decir, he vuelto a follármelo tal como quise. Qué cosas más chulas me cuenta y qué pena que no pueda verse los dientes.

Es un superviviente, dice cosas como "he leído en el 20minutos que", "el otro día el gasóleo más caro que la gasolina ¡pero dónde se ha visto eso!", "yo a los madridistas estos de cuando Onieva y Mijatovic y Suker y esa gente es que no los puedo ver", jajaja, me encanta.

Esta vez yo no sé por qué porque no me acuerdo pero le dio por hablarme de Juana de Arco, de lo que sí me acuerdo es de haberle pedido con insistencia que no parase, quería que me follase más y más fuerte y yo esto no acostumbro a pedirlo. No sé pero es posible que lo que perdió en la vista lo haya ganado en tacto, creo que es ciencia eso de que pierdes un sentido y se agudizan los demás.

Cenamos en el mismo hotel al que me llevó, en Nuevos Ministerios y él se cogió un solomillo que si lo llega a ver no se lo come y yo aunque me dijo que a él eso le daba vergüenza me dio igual y cogí tres postres, uno de ellos gelatina pura, buenísimo. Como no es consciente de las caras que pone al hacerlo, al llegar a la habitación se saca hilo dental y comienza a trabajarse la risa.

Es una habitación estupenda, con vistas a la Castellana, me entretengo imaginando ministros y buscando un ambientador o algo porque allí huele que alimenta y como de todo entiende le pregunto que si a los de la radio sólo se les va a escuchar por qué ponen sus caras en los anuncios de los paneles, y me cuenta que todo entra por los ojos, y me pone de ejemplo que él prefiere ir a un concierto de Shakira antes que a uno de Rosendo.

Como todo lo que cuenta tiene su intermedio y también su complementación yo le escucho y le acompaño y cada vez que me hace reir sabe que mojo por lo que no ve el reloj pero controla los tiempos de puta madre y al constatar que ya me tenía acomodada a su gusto lo suficiente comienza a acariciarme.

Yo no sé pero sin saber dónde está el ombligo me lo besa y me busca después la boca como un borracho y me gusta su fuerza para todo y que me vaya comiendo a mordiscos la axila mientras me está dando. En esas estábamos cuando comienza a desacelerar el ritmo y continúa dándome pero ahora muy suave, más profundo, no retira su cabeza de mi axila, comienza a besármela alternándolo con un pecho, me tiene muy caliente y quiero que me de más fuerte pero ni me ve ni quiere escucharme y sigue en su movimiento consciente de desesperarme.

Cuando ya no sé cómo hacer para que me folle bien me la saca y recostándose me dice que no me enfade que me pongo fea y que ahora haremos lo que yo quiera y que le gusto porque tengo siempre cuatro ojos puestos en el asunto. Yo creo que por lo demás fue todo normal y corriente, quedé en detallarlo mejor a la próxima y creo que ya está hecho.



En qué zorreas