martes, 18 de septiembre de 2007

Por gusto

[ viene de De capó ]

Me acerco a su lado, me siento frente a él, en uno de los taburetes que quedan libres.

-¿dónde vas a llevarme? - le pregunto llevándome un cigarrillo a los labios, encendiéndolo.

Le noto desconcertado, inquieto, juega con el mechero.

-donde tú me digas, tú dispones.

Sonrío. Me gusta la idea de que me deje hacer, sabe que le va a gustar, sigo viendo el brillo del deseo en sus ojos. Apura su copa, retirándola; se inclina acercándose lo suficiente a mi oido y me habla en un susurro:

-¿sabes? ... me tienes toda la mañana muy caliente ... quiero cogerte, lo supe desde la primera vez que nos vimos, todavía no me creo que vaya a ser cierto de hecho te pensé casada ...

Mojo mis labios, pienso dónde llevarlo, debo hacer algunas compras, hay un centro comercial cercano, podríamos ir andando, se lo propongo y acepta. Héctor rompió mi último tanguita rojo con uno de sus juegos, en compensación me dio 50 euros para que comprase otros y aún no lo hice. Conozco el sitio como la palma de mi mano, me imagino con Guillermo en los baños de caballeros y que esta vez no me llaman la atención los servicios de seguridad como la última vez que allí estuve. Llegamos en un momento, me pregunta qué voy a comprar, le explico que se trata de lencería, se emociona indicándome que entrará conmigo.

Entramos en la primera tiendecita que encontramos, mientras echo un vistazo a unos conjuntos de encaje se sitúa en mi espalda, siento su aliento detrás de mi, choco hacia atrás con él a propósito, nos rozamos, se queda pegado a mi, un momento, se inclina para morder levemente mi cuello.

Definitivamente compruebo que me gusta y a la dependienta tambien le ha gustado ya que no deja de observarlo. El es consciente de ello y parece que esto le excita, se frota de nuevo conmigo cada vez que la dependienta nos da la espalda, le río y le digo que quizá haya cámaras de seguridad pidiéndome entonces que sonría para salir bien guapa. Llevo varias prendas en la mano, no me decido a soltar ninguna, él se impacienta, me indica que me lo lleve todo que él lo paga, así lo hago. Lo paga y firma seguidamente el papelito del importe, guarda la tarjeta en su cartera y salimos con bastante prisa.

Le indiqué que debía pasar al baño, me siguió pegadito a mi espalda al igual que ya hiciera en la tienda, esto me gustaba. Le indiqué que era mejor hacerlo en el de caballeros puesto que el de las señoras es más incordio y podíamos hacer un escándalo debido al puritanismo de muchas, asintió, no sé si me escuchaba, tan concentrado estaba en mirarme el pecho, que sin sujetador, marcaba el vestido con la punta de los pezones. Pasamos. Al parecer no había nadie dentro, entramos en uno de ellos, cerró la puerta en un segundo y me aferró contra la pared, con maestría deslicé la cremallera de mi vestido en la espalda de forma que cayó todo entero de una sola pieza, mostrándome completamente desnuda a excepción del tanguita negro que me guardaba.

Me estaba haciendo disfrutar y lo sabía, al momento viendo que ya estaba por acabar aumentamos el ritmo de los movimientos de forma que entró y salió de mi hasta que se corrió dentro sin pronunciar palabra. Me desprendí de él incitándole a que me lo chupara, quería acabar en su boca, se agachó apretándome los glúteos y comenzó a chupar con su lengua moviéndose de tal forma que no tardé mucho en correrme pues a la vez que me chupaba no dejaba de acariciar mi clítoris. El hecho de que acabase en él pareció gustarle, me besó la barbilla y comenzamos a vestirnos.

-¿te ha gustado, reina?

Asentí sonriente mientras me colocaba el vestido y le hice bajar la voz por si alguien nos oía.

-puedo hacerlo mucho mejor pero ya te dije que me tienes todo el día muy caliente y no he conseguido aguantarme las ganas, otro día irá todo mejor.

-no te preocupes, para estar aquí con tan poco espacio me ha gustado mucho.

Y era cierto. Quise sentirle dentro desde que le encontré en la mañana embobado comiéndome con los ojos.

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