sábado, 15 de septiembre de 2007

De capó

Era ya la tercera o quizá la cuarta vez que compraba tabaco en esta cafetería. Siempre que quedaba con Héctor, el gerente, acabábamos alli tomando una copa antes de subir a su piso, a dos manzanas. Esta mañana, no. Esta mañana iba acompañando a un estúpido a la boda de su primo.
Me fastidian las bodas y este tipo de celebraciones y me aburre solemnemente la ceremonia religiosa pero lo acepto de buen grado, está bien pagado, son varias horas.
.
Guillermo, así se llama el camarero con el que en presencia de Héctor intercambiaba miradas de feliz curiosidad me reconoció nada más entrar. A mi me dio la risa, el estúpido y yo ibamos acompañados de su hermano y la parienta de este. Nos acercamos a una mesa, ella pasó directamente al baño mientras ellos se acercaron a esperar su turno en la barra. Tomé asiento y me quedé sola un momento. Guillermo vino a retirar unas copas aunque sabía que en realidad venía a hablarme.

-Buenos días, perdona si te molesta mi pregunta pero te he visto otras veces con un señor muy educado, no sé si tu esposo o quizá tu padre y ahora vienes de la mano de otro hombre, tan solo son las once de la mañana y estoy realmente impresionado - me soltó en tono divertido.

No puedo decir que me sorprendiera su pregunta, me suele ocurrir con frecuencia preguntas de este tipo. Sonrío, él, mientras limpia la mesa espera una respuesta.

-hoy tengo que ir a una boda estúpida, rodeada de gente estúpida y sonreir para salir en fotos de recuerdos estúpidos.
-¿tienes que ir? ¿acaso es tu propia boda, quizá?

Recuerdo mi peinado, me retoco, a las diez y media salí de la peluquería, me consiguieron un moño fantástico, a los padres de este que vienen de provincias les voy a encantar. Me río.

-hay gente a la cual le gusta ir bien acompañado a estas cositas.

Me mira incrédulo, se rasca una oreja, se limpia en la balleta con la que ha limpiado antes la mesa, mira el suelo, me mira y vuelve a mirar al suelo.

-no ... no entiendo.
-¿qué prefieres, que sea la esposa de Héctor con quien me has visto otras veces por aquí o que sea con quien duermas esta noche?

De nuevo me mira, sus ojos entre entusiasmo e incredulidad, le río divertida, me giro.

-Roberto - le ruego al estúpido guiñándole un ojo - pídeme también un menta poleo.

Este asiente. Guillermo le mira, me mira.

-¿quieres decir que es posible pasar esta noche con una mujer como tú ... contigo?

Un matrimonio toma asiento en la mesa de al lado, viene otro camarero a atenderles, Guillermo le sigue con la mirada, sé que quisiera gritárselo a su compañero "ey, mira lo que me está diciendo".

-me gustas - le digo - me he dado cuenta cuando he entrado esta mañana y te has quedado embobado mirándome, por lo que yo también te gusto es evidente, no es necesario hablar más, ¿a que hora sales de aquí?
-pero ... tú misma dijiste hace un momento que debes ir a una boda
-a las tres puedo estar de nuevo por aquí, esto es cuestión de un par de horas, estoy segura, vamos a vernos o bien es esta noche o alguna otra mañana con Héctor, tú eliges.
-yo ... yo me voy contigo donde y cuando tú me digas.
-lo haremos así, yo me paso a buscarte

Roberto y la pareja se acercan a la mesa. Guillermo de nuevo limpia la mesa, se marcha. El hermano del estúpido es un hijo de puta, no deja de mirarme las piernas, hablan que saldremos de la iglesia sobre las doce y media, que todo será rápido. Ella recibe una llamada al móvil, creo que esperaban a alguien, se levanta, sale a la calle a indicar, el hermano pasa al baño. Mi estúpido parece algo aburrido, le sonrío.

-todo va muy bien - me dice - te agradezco mucho, a mi hermano le has caído bien.
-nada, es un placer, quería comentarte cómo haremos después, me hablaste de asistir al banquete tras la ceremonia y después como pareja de novios que somos ¿me llevarás a un hotel o cómo haremos, cómo te va bien?

Además de estúpido, tímido, creo entonces que se siente algo acomplejado ya que su hermano folla bastante más que él el hijo de puta.

-bueno yo he pensado en que si lleva todos los servicios como me dijiste podrías pues no se ... luego ... al terminar el banquete ... hacerme una mamada, no se ... en los baños ... o si quieres mejor ... en el coche ...

Adorable, comienza a caerme más bien simpático, siento lástima por él y por su estúpida vida.

-si lleva todos los servicios dices - me río con ganas - te piensas que soy como una lavadora ... no mi amor, hacemos lo que tú pidas, ya me pagaste y no hay problema.

Dobla y desdobla la servilleta. Si no me hubiera contratado él pensaría que realmente podría haberse encaprichado conmigo, se encontraba visiblemente nervioso incapaz de mirarme a la cara, me resultó adorable. Al haber quedado con Guillermo que sí me gustó lo demás ya no me importaba, quería hacer feliz al estúpido, me había caido simpático.
.
Dentro de la iglesia ya, de rodillas, le pellizco el culo, se siente avergonzado, nos rodea su familia y esto le cohíbe, me río. Camino del restaurante le comento que me apetece beber, me pide por favor discreción , le aseguro que beberá conmigo. Me doy un atracón de ibéricos, pruebo tres clases distintas de vino, lo mezclo, me pido dos, tres, varias copas de champang, me da la risa, rio encantada. Le beso, le meto y saco mi lengua mientras su hermano a un par de metros nos mira atónito ignorando a su mujer que la tiene justo al lado envuelta en su vestido de firma el hijo de puta. No son las dos y Roberto comenta a su hermano que nosotros nos marchamos ya, que yo vuelvo a Segovia porque quiere que yo sea segoviana y soy lo que él me diga que sea.
.
Nos levantamos, repartimos besos a todos los de la mesa de al lado, me invento la vida, me gustan mucho esos ratos, hablo con varias chicas y reimos porque yo cuento que jamás Roberto me ha sacado a bailar. Viene en mi búsqueda tras despedirse de sus padres, rodeo su cintura, repartimos más besos y salimos de la sala. No me dirige la palabra hasta entrar en el ascensor camino del parking. Me miro en el espejo del ascensor, me encuentro divina.

-has estado espléndida, le encantaste a todo el mundo, muchas gracias
-no es nada, y ¿que hacemos ahora? tú me dirás
-bufff - se recuesta en el cristal mientras bajamos - yo necesito relajarme ... arrasabas ... mi hermano también me lo dijo dentro ... estuve en tensión todo el rato ...
-¿en tensión? ¿si?

Me divierte. Me acerco, estoy caliente, he bebido demasiado vino y estoy encantada. Hoy todo estaba saliendo bien. Se abren las puertas del ascensor, me mira, a dos milímetros escasos, le impongo, se retira, salimos, buscamos su coche, es un Xsara, color de mora, llegamos, utiliza el mando pero no entra, se queda estático fuera del coche, me mira de nuevo, le miro interrogante.

-¿sabes? ya se lo que quiero ... quiero correrme en el capó del coche de mi hermano, ven

Me lleva de la mano, entusiasmado, hacia la otra punta del garaje. Ahí está, Seat León, color gris plata. Se la chupo en un estado tal que en varios lametazos dijo que se corría que me apartara. Se vino encima del capó tal y como quería hacer.

-joder, que bueno - fue lo que dijo subiéndose rápido el pantalón.

Me dejó en la estación de metro más próxima tal y como habíamos quedado. Llegué a la cafetería poco antes de las cuatro, nada más entrar tropecé con los ojos de Guillermo, brillantes, ya fuera de la barra, me esperaba, supe que ibamos a disfrutar los dos, sus ojos lo prometían.

((sigo en Por gusto))

1 comentario:

Amanecer vacío dijo...

que tal?

Has pensando en escribir un libro?

Hay material para recopilar un buen puñado de historias reales.

SAludos!


En qué zorreas