jueves, 29 de noviembre de 2007

Cosas de casa

Hoy se le olvidó el móvil en casa y ha llamado lo menos cuatro veces, quizá lo haya olvidado a propósito pues no me quedó más remedio que terminar quitando la mancha del baño.
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Tuve tiempo de sobra para acercarme a visitar a Héctor que estaba en la cama con fiebres, historias, me había dejado un par de mensajes en el buzón de voz y había también un mensaje muy curioso de un chico cuya voz quiero reconocer pero no lo consigo, no dice su nombre, solo que volverá a llamar y yo me acordé del sordo pero esa voz no tiene que yo sepa, pero eso sí, la voz me dice al igual que hizo él, que ha visto algo en mis ojos... y tampoco lo da nombre, simplemente dice que volverá a llamar.
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Héctor y una compañera de trabajo creo que o bien se lo han hecho juntos o lo pretenden, allí coincidí con ella, me presenta ante ella como una buena amiga y aparte de no pagarme, claro está, me abarulla de información del tratamiento que debe seguir y su baja temporal y cosas que no me interesan de la presentación de unos presupuestos de los que la compañera se está encargando.
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También he tenido tiempo de acercarme al piso un ratito, cambié vestuario y ya sí fregué platos que dejé sucios para otro momento. La del 2A ha cambiado su puerta, también el color, esta vez más claro, sigue teniendo una sola mirilla, no sé. El dinero está todo en silencio y en su sitio, menos lo que he cogido y algo me dice que esto terminaré empleándolo en ese abrigo tan cuco. Y he visto unos guantes de cuero negros preciosos que con un poco de caridad me los traerán los reyes magos.

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